Policiales Se aguarda resolución sobre situación procesal

Crimen del contador: terminaron este jueves las declaraciones de los testigos

Culminó este jueves la declaración de testigos en el marco de la causa por el brutal homicidio del cual fue víctima el contador Lizarraga se indicó a Elonce TV. Se espera que el juez resuelva la situación procesal de los detenidos.
En el avance en la causa que se instruye por el brutal homicidio del cual fue víctima el contador Ricardo Lizarraga, de 62 años, se supo que este jueves “terminaron de declarar los testigos. Se ha recolectado gran cantidad de prueba. Sigue la investigación. Está pendiente aún recibir la información que surge del 911”, mencionó a Elonce TV el abogado Miguel Retamoso, defensor de un menor, detenido por el hecho.

En el mismo sentido detalló que “se está esperando que se resuelva la situación procesal” de los seis detenidos.

Recordemos que los menores involucrados tienen entre 15 y 16 años y los dos mayores, de 18 y 19. Son de Puerto Viejo, Barrio Consejo, Bajada Grande y 25 de Junio al final.

Además, el letrado puntualizó que se espera la resolución del Jugado de Instrucción Nº 5, sobre la situación procesal de los detenidos. Desde el martes, que fueron las indagatorias, el juez interviniente tiene diez días para resolver en el caso”.

Hasta el momento “declararon cinco personas. Se han establecido los sucesos previos a este fatal hecho. Habiendo menores involucrados del expediente, es necesario preservar lo que se ha declarado” en la causa.

Los detenidos, mayores de edad, están alojados en la Unidad Penal Nº 1. Los menores de edad, fueron alojados en residencias del Copnaf, en distintos lugares de la provincia, “incluso fuera de la ciudad”, acotó el letrado.

“Hay varias motos secuestradas en el expediente, tres en total, las que fueron sometidas a rueda de reconocimiento y son parte de la investigación”, reconoció Retamoso.

El hecho trágico
Hernán Lizarraga, alrededor de las 2.30 regresaba a su vivienda por Avenida Estrada. En la esquina de Anacleto Medina estaban apostadas seis personas en tres motos. Él observó que comenzaron a perseguirlo y aceleró. Al parecer los perdió de vista, pero al llegar a su casa, en Estrada al 3000, los asaltantes no se demoraron y lo abordaron antes de que ingresara. Le apuntaron con un arma de fuego y él les entregó el vehículo. Uno de los ladrones se subió y todos huyeron.
En seguida Hernán entró y despertó a su padre. Le contó que le robaron la moto en la puerta y ambos, indignados por la situación, subieron al auto Peugeot 505 y salieron a buscar a los delincuentes. A las pocas cuadras los encontraron y comenzaron a perseguirlos. Se les acercaron y por la ventanilla el joven les reclamaba que le devolvieran la moto. A mitad de camino, uno de ellos efectuó un disparo de arma de fuego para disuadirlos, pero el balazo se perdió en la oscuridad.
La XR 400 había sido abandonada contra un paredón a la altura de la fábrica de portland, porque se ahogó y se apagó el motor. No supieron cebarla para volver a arrancarla y la dejaron. Pero el padre y su hijo, desesperados por recuperarla, no lo advirtieron y siguieron adelante en la persecución.
Cuando llegaban a toda velocidad a Puerto Viejo, uno de los ladrones que iba de acompañante en una moto se dio vuelta, apuntó con una pistola calibre 9 milímetros en una mano y disparó. El balazo atravesó el parabrisas e impactó en el cuello de Ricardo, que iba al volante. En pocos segundos el hombre se desvaneció, el auto se descontroló y terminó contra una vivienda. Por la velocidad, se subió a una vereda, pasó un cantero y se incrustó en una pared, al costado de un garage. Hizo un agujero en la misma del tamaño de la trompa del vehículo, y a su vez impactó contra el costado de un auto que estaba allí estacionado.
Ricardo perdía mucha sangre. Su hijo en estado de desesperación intentaba ayudarlo. No podía salir por su puerta, por lo que salió por atrás. Pedía a gritos que alguien lo ayudara, golpeaba las ventanas de las casas, pero nadie salía. Los vecinos habían escuchado el disparo y luego el estruendo del impacto del auto contra la pared y no sabían qué sucedía. Por temor, permanecieron adentro.
Una mujer llamó al 911 y enseguida llegó una camioneta de la Policía. Entonces también salieron algunos vecinos y sacaron a Ricardo del auto. Lo llevaron hasta la vereda, lo subieron al patrullero y lo trasladaron al hospital Domagk de Bajada Grande. Los médicos que lo asistieron constataron que ya había muerto. Elonce.com.
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