Luego, el problema más importante se centró en retirar cada uno de los paquetes de cartones prensados, donde podría llegar a quedar algún vestigio que pudiera llegar a originar un nuevo siniestro.
Algunas personas que se encontraban como espectadores mostraron su enojo por la habilitación de la municipalidad a un comercio de estas características, que trabaja con materiales altamente inflamables y prácticamente con poca respuesta a este tipo de siniestros, publicó El Día.