Jumilla es juzgado por el crimen de Velázquez, a quien apodan Chavo, ocurrido el 24 de noviembre de 2012 entre las 4 y las 5.30 en una casa ubicada en barrio La Delfina, entubamiento del arroyo Antoñico, detrás del numeral 405 de calle Pronunciamiento. Allí, después de mantener una discusión Velázquez en la puerta de aquella vivienda, le dio muerte con un arma blanca que sacó de entre sus ropas. Un certero puntazo, presumiblemente efectuado desde atrás según consta en la requisitoria de elevación a juicio, propinado cuando la víctima le habría dado la espalda. La herida le provocó una perforación del ventrículo izquierdo, que le ocasionó una hemorragia aguda con la consiguiente hipovolemia y shock, que derivaron en el deceso de Velázquez.
En la primera jornada de la audiencia, que se realizó el martes 19, ante el Tribunal de la Sala I en la Cámara del Crimen declararon testigos que refirieron las circunstancias que le dieron contexto al crimen de Velázquez. Según trascendió en el debate, Jumilla hostigaba a su ex pareja y arrojaba piedras a la casa que compartían antes de la separación. También arrojaba objetos a la casa de Velázquez, con quien Jumilla temía enfrentarse debido a la gran diferencia física que existía entre él y la víctima.
Según precisaron fuentes judiciales, todos los testigos manifestaron que la ex mujer de Jumilla incitaba a los protagonistas de esta tragedia y que era cuestión de tiempo que los hechos se dirimieran violentamente. En este sentido, la madre de la víctima abonó la versión al expresar que la ex pareja del imputado manipulaba a ambos hombres instándolos a que se peleen. Los testigos también señalaron que Jumilla reaccionaba cuando estaba alcoholizado. Del expediente surgió que tanto Jumilla como Velázquez eran adictos a las drogas.
El abuso
Jumilla también llega a debate imputado por el delito de Abuso sexual en perjuicio de la hija de quien era su pareja y al momento del crimen de Velázquez mantenía una relación de tres meses con éste. El hecho es anterior al crimen de Velázquez. La mujer y el imputado son padres de tres niñas. La supuesta víctima del abuso es hija de otra pareja de la mujer.
Ayer se realizó el debate en relación a esta imputación. Fuentes judiciales deslizaron que el escenario del supuesto abuso está determinado por condiciones sociales precarias. En este sentido precisaron que en la habitación donde se habría producido el hecho, dormían varias personas. También precisaron que no hubo unanimidad en las pericias psicológicas que se le realizaron a la supuesta víctima. Mientras los peritos de Tribunales indicaron que la niña le tenía pánico a la madre porque esta la maltrataba, los profesionales del gabinete psicopedagógico del establecimiento al que acudía la chica señalaron que era muy apegada a la mamá. En el mismo sentido, las pericias no encuentran coincidencias respecto al carácter de la menor, puesto que unas dicen que era retraída y otras refieren lo contrario.
Mañana será la etapa de los alegatos. La defensa de Jumilla está a cargo de Miguel Ángel Cullen, en tanto que la acusación es responsabilidad de la fiscal de Cámara María Carolina Castagno. (El Diario)
