El barro de calle Palacios y sus aledañas jugó a favor de los delincuentes, que en cuestión de segundos se llevaron una soldadora eléctrica, de un valor cercano a los 3000 pesos, sin que la Policía pudiera detenerlos.
Alrededor de las 4, los delincuentes se subieron a un montículo de escombros que hay en la vereda, debajo de una ventana, rompieron un policarbonato que reemplaza al vidrio y desde allí observaron las herramientas de valor había en el interior. Muy cercano a la puerta, el profesor Chesini había dejado una soldadora eléctrica junto a otra cantidad de herramientas que comúnmente utiliza en su taller para enseñarles los oficios a los jóvenes.
En la madrugada, rompieron la puerta de ingreso con una barreta y luego palanquearon la puerta del taller. En ese momento se accionó la alarma y personal de la Comisaría Tercera acudió de inmediato, pero para el momento en que llegaron ya no había nadie.
Los delincuentes tomaron una soldadora eléctrica y se la llevaron en cuestión de segundos, a pesar de que en el interior del taller también había otros elementos de valor, pero sabían que si se quedaban más tiempo iban a ser descubiertos por la Policía. (El Día)