Los magistrados, después de analizar las actuaciones en su totalidad y de estudiar los fundamentos del archivo de la causa y los argumentos de los representantes de la familia Poletti, concluyeron que la investigación no está agotada. Así, entendieron que existen en la causa un formal ofrecimiento de pruebas por parte de los querellantes, las que deberían producirse o, cuanto menos, rechazarse de manera fundada. No obstante, la Sala consideró que el juez ha llevado a cabo una importante instrucción en procura de esclarecer las causas de la muerte del joven Poletti aunque señaló que la investigación todavía no es completa. En este sentido, se señaló que se debe permitir que la querella pueda coadyuvar al descubrimiento y comprobación de las causas de una muerte que, a primera vista y receptando algunas de las razones que los letrados invocaron, aparece como dudosa.
La Sala consideró algunos de los puntos más importantes que señalaron los querellantes Iván Vernengo y Rubén Pagliotto. En este sentido, los magistrados mencionaron que los letrados cuestionaron que el hecho no se investigó a pesar que en dos oportunidades se detalló la prueba. Una consistió en un estudio entomológico, del que los querellantes entendieron que era la prueba más propicia en estos casos porque es la que trabaja con moscas y gusanos y hubiera permitido determinar la data de la muerte, incluso saber si un cadáver fue desplazado.
Vernengo y Pagliotto, en el incidente de revocación sostuvieron: Si bien tenemos serias y fundadas dudas de que el joven Poletti se haya suicidado, de los que sí no dudamos, más bien tenemos certezas, es que su deceso no se produjo en el lugar en que fuera hallado. En este punto, los jueces consideraron que a los querellantes les llama la atención tres cuestiones que se comentaban en el pueblo y fueron probadas objetivamente. Se trató del hecho que en los libros de la comisaría no figuran ni el ingreso ni la salida de Poletti; de que quedó acreditado que los perros que participaron en la búsqueda del joven siempre hacían el mismo recorrido; y que siempre terminaban en una escalera que conducía a una pieza donde dormían los oficiales de la comisaría.
En la revocatoria, los magistrados también receptaron que los querellantes destacaron que el informe de autopsia refiere data de la muerte de 48 a 72 horas en el lugar en que se lo encontró, que es un monte cerrado lleno de alimañas, y a pesar de eso tenía apenas dos picaduras de hormigas en la pierna, resaltando también como muy extraño que a los familiares le entregaron el cuerpo con la ropa que tenía puesta cuando fue encontrado sin vida, por lo que hubo que exhumar el cadáver para poder analizarlas. También cuestionaron que no se tuvo en cuenta que la ropa estaba limpia y no condecía con 20 kilómetros en los que se hubiese conducido desde la dependencia policial al campo donde fue encontrado, publica El Diario.
Los hechos
Poletti, que en ese momento tenía 31 años, fue encontrado sin vida el sábado 18 de octubre de 2008, a pocos metros de un camino vecinal ubicado en el paraje Cuatro Bocas, zona de la Estancia Jaroslavsky y Santa Luisa, a unos 10 kilómetros de María Grande. Desde un primer momento, desde la Policía local se sostuvo que se trató de un suicidio.
La causa se archivó el 5 de diciembre de 2013. El hombre fue encontrado en una zona de monte cerrado, arrodillado, inclinado hacia adelante, con una media rodeándole el cuello y una soga que unía la media con un pequeño arbusto de tronco leñoso.