Ausente. El debate comenzó sin la presencia de la supuesta víctima, quien después del hecho regresó a su país de origen. Fuentes judiciales deslizaron a esta Hoja que el caso se presenta muy confuso, lo que dificulta tratar de establecer cómo sucedieron los hechos aquella jornada. Al estado de ebriedad que tenían las personas que asistieron a la vivienda de calle Perú la noche del sábado 6 de octubre de 2012, de las cuales algunas estuvieron bebiendo desde el mediodía y otras se retiraron a otros lugares, donde bebieron, y regresaron a la casa muy entrada la madrugada, se suma la ausencia de la denunciante, a la que no se le pudo realizar una pericia psicológica para establecer si estaba en condiciones de sostener su relato. La pericia fue solicitada porque, según consta en la causa, al momento de acudir a la comisaría local la denunciante se mostró reticente a realizar la denuncia y sólo quería recuperar su celular, sus llaves y 400 pesos que tenía en el pantalón. Además, en la dependencia tuvo un ataque de nervios y rompió un vidrio cortándose la mano; luego salió a la calle e intentó suicidarse cruzándose delante de varios vehículos, al tiempo que gritaba que la habían violado.
Alcoholizados. Ayer, el chico que declaró sostuvo que vio a la denunciante bailar de manera provocativa con un hombre mientras el imputado los observaba. También manifestó que en el momento en que la supuesta víctima se retiraba al dormitorio de la dueña de casa a recostarse, el imputado le guiñaba un ojo a uno de los asistentes. Esta declaración avalaría los dichos del imputado que en su defensa sostuvo que la relación fue de común acuerdo. Sin embargo, allegados a la causa pusieron en duda esta hipótesis en función de que por el alto nivel de alcoholización que presentaban los asistentes, es muy complejo determinar el grado de consentimiento de la supuesta víctima, al igual que la capacidad inhibitoria del imputado, quien había declarado que no era la primera vez que ambos tendrían relaciones. Así, cobraría algún viso de credibilidad lo declarado por el imputado, que sostuvo que la denunciante reaccionó cuando ingresó a la habitación, en la que había al menos cinco personas durmiendo en el piso y la cama, la hija de la dueña de casa con una amiga. En esta línea argumentativa, la mujer habría reaccionado porque se vio expuesta cuando las chicas prendieron la luz.
Los efectivos que declararon ayer ante el Tribunal de la Sala I en la Cámara del Crimen ratificaron el incidente ocurrido en la comisaría, cuando la denunciante se cortó una mano al romper un vidrio, su reticencia a plasmar la denuncia, y el posterior intento de suicidio en las calles de Viale. Entre las situaciones que refirieron, uno recordó que la denunciante, después que se retiró de la dependencia, regresó pasadas las 8, vestida con un jean azul con el cierre bajo y el cinto desprendido o cortado, al que le colgaba la hebilla y decía acá esta la prueba, que me vea el médico, publicó El Diario.