Paraná En Las Vegas, Estados Unidos

Pablo Gil, el maestro pizzero de los malabares, se coronó en campeonato mundial

“En Las Vegas se usa mucho el show y pude lograrlo con el tango y el cuarteto para generar una buena conexión con el público y eso fue lo que me llevó a salir campeón del mundo”, aseguró a Elonce.
Ofreciendo un show de acrobacia y malabarismo, al ritmo del tango y el cuarteto, tras el que resultó ovacionado, el maestro pizzero Pablo Gil se consagró el mejor del mundo en el reciente World Pizza Games, que se desarrolló en Las Vegas, Estados Unidos.

“En Las Vegas se usa mucho el show y a mi faltaba crear un personaje para la rutina; pero pude hacer un show entre el tango y el cuarteto para generar una buena conexión con el público y eso fue lo que me llevó a salir campeón del mundo”, aseguró el cordobés, pero paranaense por adopción. En comunicación con Nunca es tarde, el programa que se emite por Elonce, Gil contó que, durante la premiación, usó una remera con la imagen de su madre, quien falleció hace cuatro años. “Es un logro que dedico a ella”, aseguró.
El maestro pizzero mencionó que, para consagrarse, ayudó muchísimo la coreografía que le armó Javier Olivera. “Practico los malabares entre tres y cuatro horas por día”, reveló.

Tras el concurso mundial, en el que se hizo meritorio de una medalla, mil dólares de premio y el reconocimiento internacional, Gil mencionó que tenía proyectado regresar a la ciudad italiana de Nápoles “a seguir practicando para traer la copa”.

Y reveló: “La masa con la que hace malabarismo tiene un poco más de sal y gluten para que quede más dura y que uno pueda jugar; es un juego con la masa donde el pizzero muestra su destreza y puede llegar a ser ovacionado por el público”. “Y me gané el público porque el americano es muy afectivo”, ponderó.
Gil presenta servicio en el bar Maipú de avenida de Las Américas, además de ofrecer su show pizza party a delivery.

La pasión por el arte blanco lo llevó a participar en el Mundial de Pizza en Nápoles, donde realizó el sueño de vivir el oficio de pizzero en el templo de la pizza.

Luego participó en los Mundiales de Portugal, Las Vegas y en varias competiciones en Italia, enriqueciéndose con la cultura de los lugares y la diversa expresión de la pizza.

“La pizza italiana es más liviana, podés comerla tranquila, no engorda, porque lleva un proceso muy grande para que a la masa se le vayan los gases y los químicos que le ponen a la harina; entonces, queda una pizza muy digerible”, ponderó el maestro pizzero. (Elonce)

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