Ana María Zapata, que dicta clases en la Casa de la Cultura, celebró, junto a sus alumnos, el Día Mundial del Folclore. Lo hicieron en Peatonal San Martín. Asistieron además "alumnos de la Escuela de Música, amigos, guitarristas", indicó a Elonce TV, la profesora.
Dijo que lo celebraron "bailando y cantando gatos, chacareras, chamamé, carnavalitos".
Folclore entraña un conjunto amplio, a veces indefinido y siempre diverso de costumbres entre las cuales la música puede servir de síntesis, pero también incluye, por ejemplo, las comidas. En última instancia, hablar de folklore y elegir un día para celebrarlo nos conduce a la sencilla pregunta de por qué se festeja -aunque sin una celebración oficial- el día de ese acervo cultural de los pueblos manifestado de tantísimas formas.
Desde 1960 todos los 22 de agosto el mundo festeja, por una declaración de la Unesco, el Día Mundial del Folklore, en honor a la creación de esa palabra a cargo del arqueólogo inglés William John Thoms, quien la publicó en 1846 por primera vez en una revista. El londinense unió para siempre "folk" (gente, raza, pueblo), y "lore" (acervo, saber, ciencia), denominando al naciente saber popular que reaccionaba frente al intelectualismo de la época.
Algunos lo reducen a lo musical pero la definición de folclore es vasta y admite el conjunto de costumbres y saberes, no considerados desde lo académico sino como parte de la identidad de un pueblo, ese que resume el saber en esa palabra. O mejor: "El conjunto de tradiciones, leyendas, creencias y costumbres de carácter popular, que definen la cultura de una determinada región".
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