"Como sociedad no tenemos la percepción correcta de lo riesgoso que puede ser un vehículo mal utilizado, que se lo compara con un arma", resaltó el trabajador durante el programa El Despertador. Enseguida puso de relieve que "se apunta al cuidado de la vida y el respeto por el otro. Las cosas que suceden, en la mayoría de los casos, no son porque la gente no sepa las normas, sino que es peor. Saben lo que deben hacer, pero igualmente incumplen o hacen lo contrario de lo que dicen las normas".
Y reflexionó: "Un auto roto se arregla, una pierna o un brazo se cura, pero una vida no se recupera. Las normas de tránsito son básicamente de conducta, son un código que convivencia que tenemos en la vía pública", remarcó.
Sobre el consumo de drogas o alcohol, Leiva sostuvo que "si una persona en estado normal no toma mucha conciencia sobre el riesgo de manejar un vehículo, bajo efectos de esas sustancias se pierde totalmente la percepción del riesgo y el sentido de responsabilidad. Es por ello que los siniestros donde los involucrados están influenciados por estas sustancias son bastantes más graves que las colisiones comunes". "Cuando nos controlan somos más cumplidores. Lo de la sanción también es importante, porque si me hacen una multa, pero nunca me la cobran, es como que queda en la nada. El circuito se tiene que cerrar: Nos tienen que enseñar, controlar y sancionar si no cumplimos", opinó el instructor en prevención y seguridad vial.
Asimismo, destacó la importancia de que los mayores den el ejemplo a los más chicos. "Es muy difícil hacerle entender a un adolescente que debe usar casco, cuando a él de chico lo subían a una moto sin casco o lo iban a buscar a la escuela y lo sentaban en el tanque de nafta". Elonce.com