Este 12 de abril, Miércoles Santo, y en el pórtico del Triduo Pascual, la Iglesia -como acto central de la jornada- conmemora la Santa Misa Crismal.
En la misa crismal se renuevan las promesas sacerdotales y se hace la bendición de los óleos sagrados que al término de la misa los párrocos recogen para llevar a las parroquias y que se usarán en la administración de los sacramentos del Bautismo, Confirmación y la unción de los enfermos.
La concelebración eucarística fue presidida por Monseñor Juan Alberto Puiggari y estuvo presente el obispo emérito, Cardenal Estanislao Karlic. Con ellos están invitados en este día, de un modo particular, los presbíteros de la diócesis. ¿Qué es la Misa Crismal? La Misa Crismal, que el obispo celebra con su presbiterio, y dentro de la cual consagra el Santo Crisma (la palabra crisma proviene del latín chrisma, que significa unción) y bendice los demás óleos, es una profunda manifestación de comunión de los presbíteros con el propio obispo. Para esta misa se reúnen y concelebran en ella los presbíteros, puesto que en la confección del crisma son testigos y cooperadores del obispo, de cuya sagrada función participan, para la construcción del pueblo de Dios, su santificación y su conducción: así se manifiesta claramente la unidad del sacerdocio y del sacrificio de Cristo, que se perpetúa en la Iglesia.