Paraná Dos fallecidos en Olavarría

Testimonios: La odisea de paranaenses que viajaron al recital del Indio Solari

Relataron a Elonce TV su experiencia en el trágico recital del Indio Solari. "Nunca se me va a borrar el recuerdo de lo glorioso de haber estado ahí y lo siniestro que fue enterarme que había muertos", expresó una joven.
El recital que dio el Indio Solari el sábado por la noche y que dejó como saldo dos personas fallecidas sigue teniendo gran repercusión en el país. Una importante cantidad de paranaenses había viajado y poco a poco fueron regresando a la capital entrerriana. La mayoría llegó durante la madrugada. Elonce obtuvo los testimonios de varios de ellos, que relataron su experiencia. "Reservamos un colectivo con amigos y salimos. Esta experiencia para nosotros no fue mala porque estuvimos aparte de todo lo que fue la densidad de gente, reservamos un camping privado para estar", manifestó Ariel Ríos, quien consideró que "el show no fue el mismo de siempre, el Indio estaba enojado. No se vivió como se tenía que vivir, te sacaba las ganas de estar ahí adentro. No quiere decir que estoy en contra de nada, pero hay mucha inconsciencia". Al respecto opinó que "la gente no tiene responsabilidad para nada. Desde que llegué y hasta que volví vi gente tirada, sin saber dónde estaban parados. Eso ya es responsabilidad de cada uno, el Indio no puede andar cuidando uno por uno".

Sobre la experiencia de su grupo, recalcó que fueron "con comida, bebida, hicimos lo que teníamos que hacer, cuidamos y limpiamos el predio donde estábamos. Me quejo de que esto es rock and roll, no hay que cruzar nada de por medio. Vi hasta batallas entre hinchas de equipos de fútbol, que nada tenía que ver. ¿Por qué se tienen que cruzar ahí? Hay gente que no mide esas cosas, debería haber un poco más de conciencia", cuestionó.

Ríos también acotó que "había criaturas dentro del recital y es algo que debería controlarse un poco más. Hay que dejar de vender pescado podrido como dice el Indio, es mucha gente, el intendente de Olavarría se lavó las manos y dice que esperaban 160 mil personas cuando el Indio siempre lleva 200 mil".

"La inconsciencia viene de todos lados. No voy a defender completamente al Indio, solamente quiero aclarar que hay gente que sí la pasó bien y no necesariamente hay que drogarse o alcoholizarse hasta morir", completó.
Entrada liberada
Por su parte, Florencia Masellis, dijo a Elonce: "Nosotros entramos al recital tarde, cerca de las 22. Cuando estábamos ingresando ya estaba la entrada liberada y sonaba el primer tema del recital. La gente se apuraba por entrar y los de seguridad gritaban "tranquilos q van a ingresar todos"". Una vez adentro "era casi imposible calcular la dimensión del lugar y ver dónde estaban las barras o baños, por la cantidad de gente. Lo único que intentamos era llegar hasta las torres de sonido porque no se escuchaba nada de la última para atrás. Caminamos lo que pudimos y llegamos hasta la torre 12, que estaba en segunda fila, de atrás para adelante, y ahí nos quedamos porque ya no se podía avanzar. La gente estaba muy amontonada a esa altura. No me quiero imaginar adelante".
Una vez ahí, "el Indio cortó el recital y pedían desesperados por micrófono que la gente se haga para atrás porque había gente caída. Nosotros no sufrimos golpes ni nada, solo escuchábamos la gente que salía de adelante diciendo que no se podía ni estar", manifestó la joven.

Para salir "no tuvimos inconvenientes porque al estar atrás pudimos irnos rápido. Estaba todo tranquilo pero nadie sabía para dónde iba. Quisimos salir por la puerta que ingresamos y estaba cerrada. Después fue una odisea encontrar el cole. Yo me acordaba una dirección y sabía que el colectivo estaba a la vuelta. Los vecinos del lugar, parados en las puertas de las casas, nos indicaban hacia dónde quedaban esas direcciones".

Por su parte, puso de relieve que "antes, en la previa, donde nosotros estuvimos no pasó nada. Re tranquilo, la gente enfiestada pero no hubo peleas. Vale aclarar que después, para ingresar al predio, había que atravesar toda la ciudad. La previa fue en las calles de Olavarría, los vecinos alquilaban los baños, vendían cosas y había varias entradas por diferentes calles".

Ya de regreso, "el colectivo esperó a la gente hasta las 8 del domingo. Solamente un pasajero faltó porque pensó que ya nos habíamos ido, pero después encontró la forma de volver. Nosotros estamos bien. Quiero expresar es que a simple vista se veía en el ambiente que se les había ido todo de las manos. El lugar estaba sobrepasado".
Todo fue muy raro

"Todo fue muy raro, no fue como los shows anteriores del Indio, a los que también fuimos. La organización de la municipalidad de Olavarría no estuvo bien: había pocos policías y personal de Defensa Civil. No revisaban a la entrada, la gente pasaba hasta con heladeritas y llevaban botellas de vidrio, cosas que no son normales", contó a Elonce Clara Cosoy.

Sin embargo, aclaró que "la entrada y salida fueron normales. Hubo amontonamiento porque eran muchas personas queriendo salir al mismo tiempo. Durante el show estuve en la parte de adelante, pero después de los dos primeros temas fue imposible quedarse ahí por la cantidad de gente que iba y venía. Nos fuimos más atrás y estuvimos bien, no nos enteramos de nada de lo que pasó".

"El Indio paró mil veces el recital, tocó muchos menos temas, se notaba que estaba mala onda, pedía todo el tiempo que venga gente de la municipalidad a sacar a los que estaban medios borrachos. Fue todo muy raro, más teniendo en cuenta que el Indio había anunciado que tengamos cuidado", cerró Cosoy.
Los vecinos nos decían que tenían miedo
"Fui con tres amigos más en un colectivo de una empresa muy conocida de la ciudad. Llegamos el sábado a la mañana a Olavarría. El ambiente era el de siempre. Particularmente iba muy contenta porque iba a tener el primer asado ricotero, ya que era la primera vez que iba con un grupito de gente, porque las veces anteriores fui sola o con otra persona. Hicimos el fuego, comimos el asado y era parte de ritual. Encontramos amigos en la calle, la gente estaba contenta", afirmó Andrea González

Además, refirió que "los vecinos nos decían que tenían miedo porque les habían dicho que no era buena la gente que iban a recibir, pero finalmente expresaban que estaban contentos porque éramos buenos pibes que íbamos a divertirnos".

"Después de caminar cerca de 15 cuadras, ingresamos al predio alrededor de las 19. En el trayecto se veía lo de siempre: las casas abiertas, vecinos vendiendo gaseosas, agua, cervezas, comida, remeras y más. Nunca hubo peleas, algunos borrachos pero no inconvenientes. No es el espíritu de la misa ricotera", destacó. Recordó que "hace una semana el Indio pidió en una nota que nos cuidemos porque había intereses oscuros que podían arruinar la fiesta. Fuimos con un poco más de preocupación porque sabemos que cuando el Indio dice algo es porque algo hay atrás. Quienes lo conocemos y seguimos desde siempre entendimos que era necesario cuidarse. No somos noticia porque haya problemas en los recitales, al menos en esta etapa de solista. Sí siempre pasa que la gente se pierde, que no logra llegar a los colectivos, que se pasa de rosca, como en todo acto multitudinario".

En cuanto a las entradas, reconoció que "a mí no me la cortaron pero conozco gente a la que sí".

"Cuando entramos al predio nos fuimos hasta la primera fila de columna. A diferencia de otros recitales del Indio sentí que éramos muchos más y que estábamos muy amontonados. No obstante pude estar ahí adelante muchísimo tiempo saltando y disfrutando. Recuerdo que en el tema "Jijiji" pedí que nos cuidemos y los que estaban alrededor estuvieron de acuerdo. Me resguardaba atrás de unos pibes, no sufrí golpes ni me pasó nada. Viví un recital totalmente diferente".

Reiteró que "el Indio paró el recital tres veces porque se veía que había mucho amontonamiento y gente que adelante sí la estaba pasando mal. Sin embargo después cuando todo terminó nunca imaginamos que había heridos ni mucho menos muertos".
González dijo a Elonce que "cuando salimos no había nadie ayudándonos a salir, ni organización, ni municipio, ni policía. La seguridad contratada no actuó como tenía que actuar y el Estado hizo un abandono total. La Policía decía que no estaban autorizados a hacer nada y se estaba viviendo un clima de caos total y emergencia. La gente se estaba aplastando porque salíamos por una calle de 50 metros de ancho. Fue muy grave, no había nadie cuidando a la gente".

Enfatizó que "si no fuésemos el público que somos y no generaríamos las situaciones de solidaridad que tuvimos seguro habría muchos más heridos y problemas. Siempre en los anteriores recitales cuando había gente con niños se pedía que se despeje el lugar para que salgan y todo seguía con normalidad. Acá algo pasó, no fue un recital más. No sé si tuvo que ver con la masividad que hubo, porque mucha gente era la primera vez que iba pensando que iba a ser el último recital". "Nunca se me va a borrar el recuerdo de lo glorioso haber estado ahí y lo siniestro que fue enterarme a las 9 del domingo, cuando bajamos en una estación de servicio, que había muertos. Se nos vino a la mente lo que el Indio nos había advertido de que nos cuidáramos. Hasta acá llegamos porque obviamente el Indio no toca más después de esto. Esto no fue un recital común, no fue lo mismo de siempre", concluyó su relato.
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