Sobre el funcionamiento de estos lugares, la jueza señaló que "lamentablemente siempre se reciben denuncias de este tipo de lugares, por ejemplo que hay abuelos atados para que no molesten, o por la calidad de la comida. En este punto, se apela a la responsabilidad de la familia para constatar el estado en que se encuentran sus familiares".
En cuanto al caso puntual de estas tres clausuras, García señaló que "no es una medida que se toma a las apuradas, sino que desde principios de años se están realizando inspecciones y dando plazos para que regularicen su situación, sin que se haya cumplido con los requerimientos".
Los hogares se encuentran en calles Diamante, España y Almafuerte.
El paso siguiente es que el Ministerio de Salud, a través de los órganos competentes, coordine la reubicación de los abuelos, previo al cierre definitivo de estos lugares.
"Hay abuelos que no cuentan ni siquiera con historias clínicas", señaló García a Radio La voz. Los oficios ya fueron librados, y en diez días se procederá a clausurar, por parte de la Dirección de Habilitaciones, período en el cual, se reubicará a los abuelos.
García indicó que "un geriátrico de calle Laprida también se notificó de la clausura. Pero al recibir la notificación, directamente cerró sus puertas", finalizó.
