"Malvinas es un dolor, todavía es una deuda pendiente. Nosotras vamos sembrando la paz, no queremos hablar más de bombas, guerra, bombardeos, sangre y muerte, porque los que vivimos y sentimos el dolor, el horror, y también el honor de haber estado, no queremos que nunca más se llegue a un conflicto bélico. Apostamos a la verdad, y al diálogo, que son las únicas formas de recuperar nuevamente las islas", instó Alicia Mabel Reynoso, veterana de Guerra de Malvinas de la Fuerza Aérea Sur, oriunda de Gualeguaychú pero paranaense por adopción, y actualmente presta servicio en la II Brigada Aérea con asiento en la capital entrerriana.
"El legado es que todo veterano vaya a las escuelas y cuente lo que pasó, desde su función"
"Uno en la Facultad estudia cómo curar las heridas del cuerpo pero ahí nos tocó curar las heridas del alma, algo para lo que no estábamos preparadas, por nuestra edad y por la función", argumentó Reynoso. "Fue un conflicto en el que reinó la desesperación, y a su vez, lejos de imaginar que estábamos escribiendo una parte de esta historia", subrayó la veterana de Malvinas.
"Para plasmar la historia con orgullo y para que Malvinas no se pierda", alentó a trabajadora.
La mujer recordó cuando las veteranas de Malvinas fueron reconocidas por el Congreso de la Nación. "Pasamos por el hospital que nos vio salir hacia el sur, con la presencia del Comandante Jefe de Estado Mayor, Brigadier Callejas; del jefe de la Salud de la Fuerza Aérea, brigadier Lucero; y del Ministro de Defensa, Ing. Rossi".
En la oportunidad, la trabajadora indicó que aún mantiene un contacto con el resto de los veteranos. "Los que han pasado por el hospital no nos han olvidado y nos encontramos muy a menudo, incluso a través de las redes sociales. Con una de las enfermeras, nos encontramos después de 33 años", recordó.
