Un clásico de las vacaciones en la ciudad de Paraná que año a año supera las expectativas recibiendo la visita de muchísimos paranaenses, así como vecinos de otros localidad de la provincia, de distintos puntos del país y también, en esta oportunidad, a turistas de EEUU y España. En un clima de mucho entusiasmo, alegría y expectativa, el viernes ingresaron más de 1200 personas, sumando un total de más de 2300 para esta nueva edición.
Faltando algunos minutos para el horario de comienzo de la actividad, sobre la vereda del Museo y hasta la Iglesia vecina ya asomaba una larga cola de gente esperando ansiosa por entrar y explorar el mundo nocturno del Museo. Las sorpresas prometidas para esta despedida de vacaciones de invierno no se hicieron esperar. Montados en sus bicicletas con estridentes trajes multicolores, los payasos comenzaron a interactuar con el público, proponiéndoles un divertido juego cooperativo para hacer más amena la espera. Mientras tanto, quienes iban ingresando recibían sus consignas para salir en busca del conocimiento, siguiendo atentamente las pistas a la luz de las linternas, comenzando el recorrido por cada una de las distintas salas.
Juanita, de 9 años, muy entusiasmada se detiene un momento en el patio para leer las preguntas que faltan. Mientras espera al resto del equipo nos cuenta: "Lo que más me gusta es el acuario y la sala de vertebrados. Es la segunda vez que vengo. Me encanta resolver las preguntas, porque aprendo mucho y después me regalan una calco".
En otro sector del Museo, entre el tumulto de linternas curiosas correteando de aquí para allá tratando de resolver las consignas sobre botánica, geología, arqueología y las distintas ciencias que abarca el museo, Flavia despliega sus pinturas fluorescentes para resaltar la sonrisa de los niños con pintorescos dibujos de animales y flores. El maquillaje artístico fue otra de las sorpresas que agregaron su atractivo a la noche, captando la atención principalmente de las niñas. "Me encantan las mariposas y me gustaría pintarme una de color violeta y verde", expresa Lucía mientras espera en la cola para obtener su diseño. Carmen, su mamá, nos cuenta que no es la primera vez que vienen y que "está buenísimo que se incorporen cosas nuevas. Los niños se van realmente fascinados''.
Pasadas las 19.30, siguen ingresando personas y el juego se renueva permanentemente, en un constante movimiento de exploración y aprendizaje. Se acaban las linternas pero se encienden los celulares, tampoco quedan biromes, pero eso no es impedimento para seguir jugando, porque en la cartera de mamá siempre hay algo para salvarnos; en algunos casos el delineador de ojos fue el aliado clave. Mientras los papás esperan para recibir las consignas, ahora los niños se concentran en el patio para jugar nuevamente con los payasos que los invitan a viajar a través de una atrapante historia. Los que ya terminaron su recorrido también se suman con pocas ganas de irse y la alegría explota al llenarse el cielo de burbujas, convirtiendo el patio del museo en una fiesta multicolor inolvidable.
''Venimos todos los años con mi hija Camila. Lo disfrutamos mucho. Después nos vamos a casa y seguimos aprendiendo haciendo actividades con las calcos que nos regalan. Nos encanta", expresó Adriana, de Paraná.
''Muy buena actividad. Es entretenido, novedoso. Es la primera vez que vengo, estoy de paseo y mis familiares me invitaron a venir. Me encantó", dijo Claudia, de Corrientes.
Miriam, de Paraná, con sus nenas Sofía y Agustina, también vinieron por primera vez y se fueron muy contentas "Una experiencia bárbara para los chicos y también para los adultos. Yo no había venido, así que hoy estamos con toda la familia aquí disfrutando. Para mis nenas, por ejemplo, que una de ellas hace poco comenzó a escuchar, este tipo de actividades son muy estimulantes y me permite poder ir enseñándole cosas nuevas. Vamos a volver de día".
Seba, de 10 años: "Me gustó mucho. El león es lo que más me gustó". Su amigo Damián, de 11 años, agregó: "A mí me encantó la cabeza de búfalo que vi. El juego es increíble, aprendí muchas cosas nuevas".
"Es la primera vez que venimos a Paraná. Me pareció muy linda la actividad. Nos vamos super contentos, lo disfrutamos en familia y está muy bueno", comentó Carla, de Capital Federal, que vino con sus hijas y su esposo.
Por su parte, Verónica y Leandro, del grupo Animación infantil expresaron: "Hermosa actividad para compartir en familia. De nuestra parte, sentimos que colaboramos en entretener sobre todo a los que esperaban ansiosos afuera. En general la gente tenía muy buena predisposición y buena onda. Creemos que no se esperaban nuestra presencia y sentimos que fue una grata sorpresa para el público en general. Seguramente la noche de las linternas es un recuerdo que va a quedar grabado en la memoria de las familias que asistieron y para nosotros haber sido al menos una pequeña parte de esto es un orgullo y es una de esas actividades que llenan el alma".
Roxana, de San Benito: "Nos encantó. Es la primera vez que venimos. Hermosa actividad. Vinimos en familia y nos divertimos mucho".
Desde el Museo se agradeció "a todos los que nos acompañaron sumando su entusiasmo y colaboración para que la actividad siga creciendo y salga cada vez más linda2. También se recordó que la sala ha retomado su horario habitual de atención al público, de martes a viernes de 8 a 12 y de 15 a 17, sábados de 8:30 a 12:30 y de 15 a 19, domingos de 9 a 12. Por visitas guiadas los turnos deben solicitarse en dicho horario comunicándose al 0343 4208894 o personalmente en Gardel 62. El acceso es libre y gratuito.
