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Negociación clave: Los metalúrgicos acordarían una suba salarial de 32%

En la aspiración del Gobierno, la negociación que inició hace diez días la industria metalúrgica y que ingresará desde hoy en etapa de definiciones constituye un verdadero caso testigo para intentar establecer una referencia salarial.
La que arranca hoy será una semana clave para comenzar a definir la magnitud de los aumentos salariales que consagrará la nueva ronda de paritarias. En la aspiración del Gobierno, la negociación que inició hace diez días la industria metalúrgica y que ingresará desde hoy en etapa de definiciones constituye un verdadero caso testigo para intentar establecer una referencia salarial para contener los aumentos en el resto de las actividades por debajo del 30%.
Sin embargo, el gremio de la UOM, que lidera el jefe de la CGT oficial, Antonio Caló, está decidido a insistir en su apuesta de garantizar un piso del 32% para la recomposición sectorial y con ese objetivo se reunirá nuevamente esta tarde con los representantes de las seis cámaras empresarias de la actividad (Adimra, Afac, Afarte, Camima, Caima y Fedehogar). La idea de Caló es tratar de cerrar el convenio salarial esta misma semana de manera de evitar un clima de malestar puertas adentro de su gremio, que tiene previsto concretar su congreso nacional de delegados a partir del próximo martes 14 en Mar del Plata.
Las discusiones que ambas partes mantienen desde hace dos semanas parecen reforzar las pretensiones del jefe metalúrgico. Varias voces del sector empresario juzgaron el reclamo del gremio como "razonable" y pronosticaron un entendimiento en el corto plazo.
En concreto, la conducción de la UOM elevó a las cámaras un pedido para incrementar de $ 6400 a $ 8500 el sueldo mínimo garantizado de la industria metalúrgica, cifra que representa un aumento salarial del 32%. La alternativa que se discute en la negociación es replicar el esquema convenido en las paritarias de 2014, cuando se incorporó a la base de cálculo del incremento salarial una suma no remunerativa que los metalúrgicos cobraron durante el primer trimestre del año, situación que generó una doble lectura sobre el aumento: pese a que fue oficializado como una suba de 26,5%, el incremento real alcanzó el 29,7%.
Ahora, la idea apuntaría a agregar la suma fija de $ 2000 que los metalúrgicos cobraron en febrero y marzo a la base de cálculo sobre la que se aplicará el nuevo aumento (que calculan debería ser del 30%), lo cual elevaría entre 2% y 3% el incremento definitivo. "Públicamente van a decir que el aumento es menor al 30%, pero la suba real va a estar varios puntos por encima", advirtió ayer a El Cronista un vocero de la negociación sectorial.
Otra voz del sector empresario apuntó: "Mañana (por hoy) se van a seguir discutiendo algunos detalles y el miércoles habrá otra reunión. No estamos tan lejos, hay voluntad de acordar". No obstante, entre las cámaras alertaron que el escalonamiento del aumento será un punto decisivo para resolver en el corto plazo la negociación.
En paralelo, la industria aceitera será otra de las actividades que desde mañana buscará destrabar la discusión salarial.
La federación gremial de la actividad reclama un incremento del 42% y la semana pasada inició un paro por tiempo indeterminado ante la falta de avances en la negociación con la representación empresaria, aunque la medida de fuerza quedó el miércoles en suspenso tras el dictado de la conciliación obligatoria por parte del Ministerio de Trabajo. El temor a un nuevo conflicto en plena cosecha gruesa y cuando se inicia el período de mayores exportaciones de soja impulsa las negociaciones por un rápido entendimiento en la actividad.
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