La renuncia de Granero sería tratada por el directorio de Enarsa en los próximos días. Días atrás, la jueza federal María Servini de Cubría procesó a Granero y a dos de sus funcionarios de máxima confianza en la Sedronar como partícipes en el tráfico de efedrina, sustancia enviada de contrabando a carteles mexicanos y utilizada para la producción de metanfetaminas.
La jueza, además, detectó llamadas entre funcionarios de la Sedronar y las compañías farmacéuticas que importaban la efedrina para venderlas a los carteles mexicanos de las drogas, en coincidencia con la fecha de los pedidos de permiso de importación o la entrega de los certificados, seguidos de comunicaciones con teléfonos de la Presidencia de la Nación, la Casa Militar y el PAMI. La magistrada destacó que uno de los empleados, por ejemplo, recibió llamadas de cinco abonados de la Casa Rosada y uno de la Jefatura de Gabinete.
De los 47.625 kilos de efedrina que la Sedronar autorizó a empresas farmacéuticas a importar entre 2004 y 2008, 40.972,195 kilos fueron desviados al narcotráfico. El resto fue utilizado para la fabricación de medicamentos legales.