Nacionales La peor tragedia en la historia de la ciudad

Sigue la desesperada búsqueda de desaparecidos tras la trágica explosión en Rosario

Aseguran que el hecho ocurrió al fallar un regulador mientras se hacían reparaciones. Una torre de nueve pisos se derrumbó y otras resultaron gravemente dañadas. Buscan entre los escombros a 15 desaparecidos. Detuvieron a un gasista.
Rosario, la tercera ciudad de la Argentina, vive desde ayer la peor tragedia de su historia. Un regulador de gas mal instalado habría provocado una acumulación de gas en la planta baja del edificio de Salta 2141, en el microcentro rosarino, que luego se extendió en ascenso por tramos de escaleras y el hueco del ascensor, para explotar y generar un dantesco saldo de por lo menos 12 muertos y 62 heridos, tres de ellos en estado muy crítico. La intendenta de Rosario, Mónica Fein, afirmó que otras 15 personas permanecían desaparecidas y eran intensamente buscadas entre los escombros en medio de un operativo de rescate que duraría toda la noche.
El complejo inmobiliario, ubicado a metros del tradicional bulevar Oroño, y a sólo cuatro cuadras del río Paraná, habitado por vecinos de clase media, en su mayoría comerciantes y profesionales, estaba integrado por tres torres. En la que da a la calle Salta fue donde se generó la combustión. Su frente, balcones incluidos, y la parte posterior resultaron tan dañados que parecía que una bomba había estallado en el lugar. Pero la torre del medio fue el testigo más válido para dimensionar la tragedia: sus diez pisos se derrumbaron. Hasta anoche no había seguridades de lo que podría suceder con la primera, aunque personal especializado concluyó que la estructura quedó severamente afectada y deberá ser derrumbada.
El juez de instrucción de turno en los tribunales de Rosario, Juan Curto, dispuso anoche la detención del gasista matriculado que trabajó en el cambio del regulador de gas y de su ayudante. "La policía detuvo al gasista en la vía pública. No opuso resistencia. Éste es un hecho terrible y tremendo, los rescatistas continuarán toda la noche removiendo escombros", afirmó el magistrado. También anoche comenzó a cuestionarse la actitud del encargado del inmueble, quien habría tenido responsabilidad en la contratación del operario y que algunos comentarios señalaron como la persona que minutos antes de la explosión salió a la calle para tratar de impedir el paso de vehículos, ante lo que habría considerado una inminente tragedia.
El desastre comenzó a las 9.45. Sólo aparecieron testigos ajenos al edificio. En su interior la explosión fue tremenda y se oyó a 40 cuadras del lugar. A 250 metros a la redonda, vidrios, pedazos de mampostería, muebles y hasta colchones se veían dispersos por las calles.
Un taxista que se encontraba a dos cuadras y un ex oficial del Ejército fueron los primeros voluntarios que ingresaron, como pudieron, en el lugar. Subieron los pisos, escucharon gritos y llantos, y pudieron contener a los menos lesionados. Una ambulancia municipal arribó de inmediato y ante la magnitud de la tragedia convocó a los servicios de emergencia. En minutos la desesperación se apoderó de todos. Se cerraron calles a tres cuadras a la redonda y se interrumpió el suministro de energía eléctrica, aunque no se pudo frenar el de gas. Más tarde los rosarinos se enterarían de que esa zona no tiene válvulas para cortar la salida de gas y así evitar que un incendio se propague. Casi tres horas después se delimitó la zona y con ello los bomberos terminaron de apagar el fuego e iniciaron los trabajos de remoción de escombros.
Para entonces, once escuelas de la zona habían cerrado sus puertas y liberado a los alumnos, y la ingrata labor de los bomberos iba dando lugar a un aumento progresivo de víctimas. Primero dos, después cinco, más tarde ocho, diez, doce.

La fiscal de turno que entiende en la causa, Graciela Argüelles, ordenó pasadas las 16 un allanamiento a las oficinas comerciales de la empresa Litoral Gas, para retirar documentación que corroborara los dichos de vecinos sobre llamados ante una supuesta pérdida de gas en los días anteriores. A partir de esa información pidió luego la detención del gasista.
El Grupo Especial de Rescate de la Policía Federal Argentina, a cargo del coordinador de Emergencias, Carlos Soloaga, se sumó al mediodía al operativo de rescate. En ese momento también arribaron al lugar el secretario de Seguridad, Sergio Berni, y el ministro de Defensa, Agustín Rossi, quienes debieron tolerar los insultos de un vecino. "¿Qué vienen a hacer política acá? ¡Corruptos! ¡Hay que sacarlos de acá!", los increpó el hombre.
Más allá de ese episodio, las muestras de solidaridad fueron la constante durante todo el día. Muchos comerciantes ofrecían alimentos e indumentaria para las familias damnificadas. Los clubes colocaron sus instalaciones a disposición de las autoridades y numerosas familias registraban en oficinas públicas del municipio su interés por colaborar. Hasta Lionel Messi se solidarizó desde Barcelona y emitió un comunicado en el que afirmaba que su fundación "se coloca a disposición de las autoridades de Rosario, enviando fuerzas y muchas energías a los familiares de las víctimas", publica La nación.
El ministro de Seguridad Raúl Lamberto informó que las tareas de los rescatistas continuaría toda la noche en busca de sobrevivientes entre los escombros, que dejó el derrumbe del bloque de nueve pisos. Resaltó además el trabajo de voluntarios que durante toda la jornada colaboraron para asistir heridos, entre otras tareas. Gendarmería custodiaba la zona.
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