Lucas se encuentra estable, pero en estado crítico, internado en terapia intensiva. Su familia ya se sometió estudios de compatibilidad, pero el chico no se encuentra en condiciones de esperar un resultado que, quizás, sea negativo. Es que sólo un cuarto de los pacientes encuentra una coincidencia de perfil genético entre sus familiares. Por eso es tan importante que el registro que coordina a nivel nacional el Incucai -y que a su vez integra la red mundial Bone Marrows Donors Worldwide- desborde de muestras, porque entre ellas puede encontrarse la que salve la vida de Lucas y las de muchos más con enfermedades hematológicas como leucemia, anemia aplástica, linfoma, mieloma, errores metabólicos o déficit inmunológicos, que esperan a ese par idéntico que convierta sus esperanzas en realidad.
Lautaro Lemlich y Guillermina Sandrini, papás del nene, llevan adelante la campaña a través de las redes sociales. En el perfil de Facebook Médula para Lucas publican toda la información referida al estado de su hijo, al igual que en la cuenta de Twitter @MedulaParaLucas.
Los requisitos para ser donante de médula ósea son tener entre 18 y 55 años, estar sano y pesar más de 50 kilos. Hay centros que funcionan en los servicios de hemoterapia de los hospitales del país y en los que se puede donar todos los días. A raíz de la campaña, el del Hospital Italiano se encuentra desbordado, por lo que médicos y familiares piden a los voluntarios que, en caso de que puedan, se acerquen a otros centros de salud. Lucas también necesita sangre y plaquetas, que sí se pueden donar en el Italiano (Juan D. Perón 4.190 de Capital Federal).
El Leoncito, como el nene le pidió a su mamá que lo llamen, está dispuesto a luchar por curarse. Pero para eso necesita que aparezca ese elegido que, sólo con una muestra de sangre, podrá llevar para siempre la satisfacción de haber dado vida, en vida.
Clarín.