La víctima, Hernán Saavedra, de 29 años, relató que se acostó alrededor de las 2 y se despertó al escuchar dos golpes secos, como estampidos.
Momentos después, continuó, se encontró rodeado de cuatro personas encapuchadas y fuertemente armadas que lo apuntaron y le dijeron: "quedate tranquilo, venimos por la guita. Nos das la guita y no pasa nada".
Los delincuentes se dirigieron junto al hombre al banco, donde lo obligaron a abrir la puerta del tesoro, a lo que se negó indicándoles que era imposible porque tiene una apertura programada.
Entonces, los asaltantes lo llevaron al cajero automático, que esa mañana habría sido cargado con 625 mil pesos, y lo obligaron a abrirlo amenazándolo con un arma.
Luego, según el relato del tesorero, lo llevaron a su casa y le pidieron que se abrigue; lo subieron maniatado y amordazado a su VW Gol Trend y salieron por la Ruta 30, desde Camarones hasta su empalme con la Ruta Nacional N° 3.
Allí, lo abandonaron tras amenazarlo: "No hagas nada y no llames a nadie para avisar esto", informó diario Crónica de esta ciudad.
El hombre logró desatarse y huir para esconderse en medio del campo.
Luego, salió a la ruta y pedir ayuda hasta que finalmente fue asistido primero por una mujer y luego por un camionero que lo acercó al puesto policial de Garayalde.
A los investigadores les llama la atención que la vivienda del tesorero se halla a 40 metros de la comisaría en la que había un policía de guardia mientras otros dos recorrían las calles del pueblo.
Además, la puerta de la vivienda fue violentada a patadas y, según trascendió, no fue la única, ya que presuntamente los delincuentes se equivocaron y forzaron primero la ventana de un vecino.
La intendenta de Camarones, Ramona Rosales, contó a diario Patagónico, que el hombre se encuentra "bien, dentro de los parámetros de lo que puede estar una persona que ha sido asaltada y encañonada" y pidió a los vecinos que "se queden tranquilos porque si bien es bastante dinero robado, no afecta el pago de salarios".
Ayer a la mañana llegaron 12 integrantes de Criminalística de Rawson al lugar y personal de la Brigada de Investigaciones de Comodoro Rivadavia para trabajar en el caso y no descartan ninguna hipótesis sobre el hecho.
Se estima que serán determinantes las huellas dactilares levantadas en el lugar y las imágenes que brinden las cámaras de seguridad de la pequeña sucursal bancaria, que apenas cuenta con unos cinco empleados, entre ellos Saavedra, para determinar los hechos.