En Pinamar y Cariló, el cóctel de las Fiestas y los feriados puente, la mayor flexibilidad laboral y las vacaciones cada vez más repartidas durante el año impusieron un arranque de temporada más temprano. "Cambió la costumbre de los argentinos y a la costa se viene cada vez más temprano. Las Fiestas son cita obligada", comentó un operador turístico de estas playas.
En Uruguay, la primera quincena del año también dejó en Punta del Este un sabor más dulce de lo que se esperaba en la primavera. Playas llenas de bañistas, restaurantes con las mesas cubiertas, hoteles con alta ocupación, centros comerciales con actividad intensa y un tránsito en la península que está más complicado que hace un año.
Mar del Plata
El nivel de gasto sigue siendo la cuenta pendiente. Pero el balance quincenal es positivo, porque aun con presupuesto restringido las cuentas cierran mejor que en 2014. En los distintos ramos confirman que viven el mejor arranque de temporada de los últimos tres años.
Según el Ente Municipal de Turismo, desde el 1° de diciembre y hasta el último domingo pasaron por Mar del Plata 1.362.000 visitantes, un acumulado potenciado por los fines de semana largos que tuvo el cierre del año. Al menos hasta el último domingo hubo un promedio de ocupación por encima del 80%, hasta un 10% por encima del año anterior, destacó Eduardo Palena, titular de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica.
Pinamar y Cariló
Tanto en Pinamar como en Cariló lo primero que buscaron los turistas fueron las casas más grandes y los mejores hoteles. "En la primera quincena se ocupó el 100%. Para la segunda, ya está alquilado el 98% y se especula con que también se alcance el total", dijo Silvia Melgarejo, de Cariló Constructora del Bosque.
Justamente un informe presentado a fines de diciembre por el sitio Segundo hogar.com sobre la base de 18.000 consultas halló que el destino más consultado y buscado de la costa atlántica fue Cariló, seguido por Mar Azul y Mar de las Pampas. El promedio de viajeros por familia fue de cuatro personas.
Los números que encuentra el turista en la costa suelen seguir de cerca la inflación de todo el país, similares a los que conocen en su ciudad de origen. Incluso gastronómicos que tienen paradores o restaurantes aseguran que subieron alrededor de un 20% respecto del año pasado.
Punta del Este
Aun cuando no hay datos firmes, los comerciantes esteños perciben que el turista está cada vez más prudente, y en algunos casos en extremo. La temporada aquí dura poco y la mayoría de los operadores estima que ya pasó lo mejor.
La ministra de Turismo, Liliam Kechichian, dijo que en su cartera han realizado un "relevamiento preliminar" y que el saldo es de una "temporada turística que viene siendo buena, similar a la del año pasado".
"Uruguay está infinitamente más competitivo que la temporada pasada", dijo la ministra, "el dólar está más alto" y hay una "devolución tributaria importante". No hay números de esta temporada, pero el relevamiento informal da cierto incremento de gente en el balneario. "A simple vista hay una presencia importante de argentinos, brasileños y uruguayos. Incluso ayer escuchaba al presidente de la Cámara de Turismo sorprendido por la cantidad de argentinos, muy superior a las expectativas", dijo.
Sin embargo, los operadores son cautelosos, porque la temporada alta es del 28 de diciembre al 10 de enero. Mozos de restaurantes aseguran que los comensales se cuidan en el gasto, se limitan a un menú de un plato, comparten postre y evitan vinos de alta calidad.
Bariloche
Con una temperatura que superó los 26°C, la Cordillera despide hoy a los turistas de la primera quincena y se vislumbra otra temporada récord, con más de 100.000 visitantes. La ciudad "también se consolidó como un destino de verano", dijo a La Nación Silvina Bonafoux, subsecretaria de Turismo municipal.
En la primera quincena la ocupación promedió el 80 %, con picos de casi el 90 % el fin de semana pasado. El sector hotelero coincide con las estimaciones oficiales y aseguran que todos los niveles de alojamiento están colmados, incluso los hostels y campings. Muchos llegan sin reservas, una decisión que comienza a preocupar porque cada noche en las oficinas de informes hay familias desesperadas por un lugar donde dormir.
La mayoría recorre la región de los lagos y realizan paradas en San Martín de los Andes, Villa La Angostura, Bariloche o El Bolsón, según la preferencia del momento. Por eso, el promedio de estadía no supera las cinco noches.
Las excursiones más solicitadas son las lacustres, que tienen recorridos diarios a la isla Victoria y el Bosque de los Arrayanes, y a Puerto Blest y lago Frías, en otro circuito. Los turistas también eligen los senderos de trekking del Parque Nacional Nahuel Huapi y el cerro Catedral como centro de actividad.
El Norte
En Jujuy, la ocupación hotelera de la primera quincena llegó hasta el 85%, según fuentes oficiales. La Secretaría de Turismo de Salta estimó un aumento cercano al 5% con respecto a 2014. El gasto medio de los visitantes ronda los $ 453, un 23,4% más que el año último, estimado en 367 pesos. Actividades culturales como el Enero Tilcareño, el Encuentro de Copleros en Purmamarca y el Dakar 2015, que pasó ayer por esa provincia, fueron motivo de atracción adicional. La Quebrada de Humahuaca sigue siendo el destino más elegido, aunque también las Yungas tuvieron un aumento con respecto a años anteriores.
Salta, uno de los destinos favoritos del norte argentino, preparó una agenda con más de 300 festivales y ferias para el verano y esperan también un sostenido crecimiento de la demanda. La ocupación hotelera tiene un promedio de 80%, según afirmó el secretario de Turismo local, Fernando García Soria. Según el funcionario, enero dejó de ser temporada baja y la provincia es un destino de veraneo ya instalado.
También en Tucumán la demanda es buena. Las zonas preferidas son la de los Valles Calchaquíes-con destinos como Tafí del Valle, El Mollar, Amaicha del Valle y Ruinas de Quilmes- y el circuito de las Yungas. Según fuentes de la Secretaría de Turismo de Tucumán, la ocupación hotelera es cercana al 70 por ciento en la capital y en la zona de los valles es casi total. (La Nación)
