El barco, de 12,5 metros de largo, había zarpado el viernes 22 del puerto bonaerense de San Fernando hacia Río de Janeiro, pero el martes 26 se vio envuelto en una fuerte tormenta, con olas de hasta ocho metros y vientos de más de 70 km/h, que dañó el velero y lo dio vuelta. Los tripulantes -el distinguido oftalmólogo Jorge Benozzi, su yerno Mauro Cappucio y dos amigos, Alejandro Vernero y Horacio Morales- alertaron sobre su situación e informaron a la marina brasileña que estaban a la deriva unos 400 km al este de Río Grande.
Desde la madrugada del miércoles, cuando un buque tanque noruego avistó el velero en medio del frente tormentoso, no se tienen noticias de la embarcación.
Desde el agua, la zona, con las posibles líneas de deriva del Tunante II, es explorada por dos navíos de la marina brasileña, el remolcador Tritão y la fragata Rademaker, y por la corbeta argentina Rosales, que se sumó al operativo en los últimos días. La amplia área es sobrevolada constantemente por tres aeronaves: dos aviones de búsqueda diurna P3, uno brasileño y otro argentino, y uno de reconocimiento nocturno P95 brasileño. Hoy por la mañana se añadirá al operativo otra corbeta argentina, la Gómez Roca.
"Lamentablemente no tenemos novedades, y los esfuerzos de búsqueda continúan", señaló a La Nación Carlos García Baltar, cónsul argentino en Porto Alegre, que tiene el caso bajo su jurisdicción. Desde el centro de coordinación del Servicio de Búsqueda y Salvataje del 5º Distrito Naval de la marina brasileña, en Río Grande, ratificaron que no hay indicaciones de suspender el operativo.
