Pujato tuvo que ser operado a los dos días de nacer. Luego tuvo una segunda intervención, a los seis meses de edad. Sin embargo, esa dolencia no significó un impedimento para su más fuerte interés, practicar deportes. Oriundo de Santa Fe, jugó al fútbol en su adolescencia, y también al rugby en el Club de Rugby Ateneo Inmaculada (CRAI).
"Después de las operaciones, no volvió a tener problemas, ni siquiera tomaba medicación. Siempre hizo deportes, estaba entrenado y conocía los límites de su cuerpo", señaló ayer al diario Clarín su papá, Manuel López Pujato, un médico conocido de la ciudad.
La sesión que terminó con la vida del joven fue inesperada. Acostumbrado a la actividad física desde niño, el cuerpo de Pujato no aguantó los ejercicios de calentamiento de CrossFit, disciplina que le era habitual, ya que la venía ejecutando desde hacía seis meses.
"Estaba muy contento con la actividad, lo ayudaba mucho a organizarse, a comer mejor y había hecho un gran grupo de amigos ahí", dijo su papá.
Manuel, hincha de Colón pero más fanático de los tatuajes, concurrió al Ateneo Inmaculada, un colegio jesuita de los más elitistas de Santa Fe. Tenía dos hermanos varones y estudiaba Derecho en la Universidad Kennedy.
El CrossFit es un programa de ejercicios combinados e integrales de alta intensidad, que en sus inicios fue aplicada para el entrenamiento de fuerzas militares y policiales. Por su alto impacto, el sistema representa riesgos a la salud cuando el estado físico de quien decide hacer gimnasia no es el adecuado.