consternados por la pérdida de sus pares se repitieron hoy en las
adyacencias del derrumbado depósito, mientras varias dotaciones
continuaban la lucha contra el fuego en medio de un calor agobiante.
La tragedia impactó tanto que hasta el propio jefe del SAME,
Alberto Crescenti, se quebró emocionalmente cuando habló ante los
periodistas: "Estamos consternados, las víctimas son compañeros
nuestros y nos costó mucho el rescate"-
"Han entregado la vida cumpliendo un acto de solidaridad y
cumpliendo con su deber", agregó.
En tanto, una mujer de nombre Mabel, vecina del depósito de
Iron Mountain donde se produjo el siniestro, reconoció que se
autoevacuó al iniciarse el hecho.
"Se vieron las llamas, se movió todo, cayó la pared y se
escucharon los gritos de los bomberos. Es una catástrofe. Los
bomberos corrieron hacia ese lugar porque sabían que sus
compañeros estaban adentro", explicó a la prensa.
A su vez, otro de los vecinos, quien se encontraba en la zona
cuando se produjo el desastre, indicó que la mayoría de los
vecinos estaban aún en sus casas cuando se inició el incendio, a
las 8:15 de la mañana, y empezaron a "escuchar pedidos de auxilio".
"Los bomberos estaban intentando abrir una puerta con una
amoladora cuando se les vino la pared encima", precisó el testigo
a la prensa.
Posteriormente se repitieron los gritos desesperados de los
bomberos solicitando refuerzos y ayuda médica mientras intentaban
remover los escombros para asistir a sus compañeros atrapados por
el derrumbe.
"Envíen personal, por favor, tenemos un montón de heridos", fue
el pedido desgarrador de un rescatista a la central de bomberos
durante el hecho.
