Los padres, desolados
Esta decisión va en contra de los deseos de los padres, Connie Yates y Chris Gard, que habían pedido que se le mantuviera con vida artificialmente varios días más en el centro de cuidados paliativos para poder despedirse del niño, que no tiene ninguna función activa.
El pequeño de once meses padece el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos, hasta que el cuerpo eventualmente sufre una falla respiratoria total.
Francis aprobó hoy el plan de cuidado propuesto por el hospital Great Ormond Street después de que no se pudiera alcanzar un consenso con los padres, tras varios días de tensas audiencias que han culminado un juicio de varios meses. La gente que apoya a los padres, que luchan con la esperanza de hallar tratamiento.
Esta semana, los padres desistieron de su idea inicial, que motivó el inicio de este juicio el pasado marzo, de trasladar a Charlie a Estados Unidos para recibir un tratamiento experimental, después de que los expertos demostraran que no hubiera mejorado su calidad de vida.
Además, también tuvieron que renunciar a su deseo de trasladar al niño a su hogar para cuidarle unos días allí antes de desconectarle de las máquinas, opción descartada por el juez por considerarla impracticable.
Por último, en base al plan difundido hoy, tampoco podrán ver satisfecha su petición de mantener a Charlie con vida varios días en el hospital de cuidados paliativos, cuyos nombre y ubicación no han sido revelados para preservar la privacidad.
El caso de Charlie Gard ha suscitado una gran atención mediática y cobertura internacional, después de que la pareja lograra el apoyo para su causa del presidente estadounidense, Donald Trump, y el papa Francisco.
Los Gard recaudaron inicialmente 1,3 millones de libras (unos 1,5 millones de euros) para financiar el tratamiento en Estados Unidos, cantidad que han indicado que ahora podrían destinar a una fundación en memoria de su hijo.