Todo marchaba sobre ruedas y hasta fijaron fecha de casamiento. Iba a ser el pasado sábado en la isla de Cerdeña. Pero algo falló: el novio nunca se presentó.
Fue el padre de Nadia quien salvó la tragedia. "Tienes que seguir con esta fiesta adelante. Total, ya está todo pagado", dijo el hombre según lo describió el Corriere della Sera.
"No se había muerto nadie, la vida continúa", contó la novia abandonada al diario.
La boda se iba a celebrar el pasado sábado. A las 11 de la mañana los dos tenían que estar en el altar de la parroquia de Sorso. Los familiares y amigos acudieron a la cita con sus mejores galas. Todo estaba listo y el único que faltaba era el novio. Pasaron los minutos y no daba señales. La novia lo llamó en repetidas ocasiones, pero no obtenía respuesta.
Cuando pasó una hora Giovanni contestó y se limitó a decir: "Debo volver al cuartel". No hubo más explicaciones, ni excusas. Solo la confirmación por parte de sus pares de fuerza de que el novio se había atrincherado en el cuartel y no quería salir.
Lo único que dejó en claro Nadia es que no piensa perdonar al novio fugado. "Ese es ahora el último pensamiento", le comentó al periodista que al entrevistó.