A los presentes les confesó que estaba muy dolido al haber escuchado que "el pueblo de Amatrice ya no existe y al pensar que entre los muertos hay muchos niños".
Luego, explicó que no pronunciaría su catequesis y les invitó a rezar, consignó la agencia Efe.
Después se leyó un mensaje en diferentes idiomas en el que el Papa se dirigía a los habitantes de las zonas afectadas, y en el que aseguraba su oración y les decía "que confíen en la caricia y el abrazo de toda la Iglesia y que en estos momentos desea abrazarlos con su amor materno".
Luego, Francisco y todos los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro rezaron el rosario.