Según la versión de la Policía, al menos una docena de personas se congregó en torno a la casa de la detenida, que subió al tejado de la vivienda de dos pisos en la que residía para disparar a los entrenadores Pokémon, aunque ninguno de ellos resultó herido.
La mujer se enfrenta a 10 años de cárcel acusada de asalto y pertenencia de armas con intención de infligir daño.