Ali Amin, de 17 años y procedente de Manassas, se declaró culpable de conspirar para proveer apoyo a la organización militar, tal y como se detalla en el informe publicado por la Justicia norteamericana. Por ello, ha sido condenado a un total de 136 meses en prisión.
Según «The Hill», la Fiscalía ha enfocado su acusación dentro de los esfuerzos del Gobierno norteamericano por evitar que Estado Islámico siga reclutando miembros por redes sociales, que potencialmente podrían facilitar el extremismo en suelo estadounidense.
Amin ya confesó al principio de este verano que él era el responsable detrás de la cuenta de Twitter «@Amreekiwitness», que llegó a tener 4.000 seguidores y se dedicaba a expandir propaganda pro extremista. Además, la cuenta también enseñaba a los interesados cómo convertir dinero secretamente en la moneda virtual que EI usa para financiarse.
El condenado también confesó haberse encargado de los preparativos para que un amigo, también simpatizante de Estado Islámico, viajase a Siria para unirse a sus filas. Dicho amigo ha sido también detenido y acusado de conspirar para proveer apoyo al grupo terrorista.
El caso es un nuevo ejemplo de la nueva y más agresiva estrategia adoptada por el Departamento de Justicia norteamericano, en un intento por frenar el radicalismo en su propio territorio. Decenas de personas han sido ya detenidas en el país, acusados de apoyar a los yihadistas.
James Comey, el director del FBI, ha dicho además que desde la institución que dirige siguen la pista a casos pro yihadistas en todos los estados del país.
