Internacionales Toma un nuevo rumbo

A 70 años de Hiroshima, Japón modifica su política militar son las Autodefensas

Tras el fin de la Segunda Guerra, el país adoptó un carácter pacifista en su política de defensa. Ahora, se debate una reforma que permitiría a los soldados combatir en el extranjero. El proyecto de las Fuerzas de Autodefensas.
La mañana del 6 de agosto de 1945, Akihiro Takahashi, de 14 años, estaba haciendo una fila con sus compañeros en el patio del colegio cuando vieron un avión B-29 acercarse y volar sobre ellos. "Nos dijeron que nos formáramos cuando se produjo la explosión. Luego, sentimos un ruido tremendo y nos quedamos en la oscuridad, no podía ver nada. No me di cuenta de lo que había pasado hasta que desapareció la oscuridad: yo había volado 10 metros y mis amigos estaban tirados en el suelo, todo había colapsado", relató Takahashi en el sitio web estudiantil, Atomic Archive. "Sentí que la ciudad de Hiroshima había desaparecido. Entonces, me miré y vi que mi ropa estaba completamente destruida producto del calor. Probablemente la parte de atrás de mi cabeza, mi espalda, mis brazos y piernas estaban quemados. Mi piel se estaba saliendo y colgaba", añadió.

Akihiro es uno de los hibakusha, nombre que reciben los sobrevivientes de la tragedia. El ataque nuclear provocó 140 mil muertos y tres días después otra bomba fue lanzada contra Nagasaki, la que provocó 70 mil muertes, y llevó a la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En esos momentos el conflicto estaba viviendo sus capítulos finales. La guerra en Europa ya había terminado, con la derrota de la Alemania nazi. Según varios historiadores fueron tres las razones por las que Estados Unidos hizo estos ataques: la voluntad de evitar que los coletazos de la guerra se prolongaran demasiado, el deseo de venganza contra Japón después de Pearl Harbor, y la voluntad de demostrar a la Unión Soviética -que por entonces era su aliada, pero sería su próximo rival en el tablero mundial- su poderío atómico.

Sin embargo, para Japón la destrucción no sólo se produjo por las bombas. En agosto de 1945 era un Estado empobrecido porque había destinado todos sus recursos a defender su territorio, tras casi cuatro décadas en conflicto debido a una política de expansión imperialista (sobre todo a partir de 1930) y de colonización que le costó la vida a millones de asiáticos. Un tercio de la población japonesa vivía en la calle, estaba mal alimentada, la mortalidad infantil era elevada, las epidemias eran algo cotidiano, al tiempo que la delincuencia se extendía por todo el país. Pero la propaganda nacionalista del gobierno del primer ministro Hideki Tojo (1941-1944) impedía al pueblo saber que el país estaba perdiendo la guerra.
Japón quedó destruido, los escombros cubrían un 40% del territorio, estaba traumatizado y con sus recursos agotados. Como si fuera poco, tuvieron que "soportar lo insoportable", como dijo entonces el emperador Hirohito, al referirse a las bombas atómicas. Más aún, debieron acostumbrarse a la idea de que su imperio, que había llevado una vida totalmente autónoma, ahora era ocupado por un invasor perteneciente a otra cultura. Esto porque tras la rendición, Japón fue controlado por las fuerzas aliadas, lideradas por Estados Unidos.

Durante los siete años de ocupación norteamericana, el país adoptó una política de defensa que se vio traducida en su Constitución de 1947, de marcado carácter pacifista. En el artículo 9, se limita explícitamente el uso de fuerza militar exclusivamente a la defensa del territorio y del pueblo de Japón. El propósito era impedir que el país se convirtiera en una potencia militar agresora nuevamente.

Sin embargo, siete décadas después, Japón parece tomar un nuevo rumbo. A mediados de julio pasado, la cámara baja del Parlamento nipón aprobó dos controvertidas leyes, propuestas por el gobierno del primer ministro Shinzo Abe, que cambian las leyes de seguridad del país. Estas permitirían a los soldados japoneses combatir en el extranjero por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Incluso más, en el futuro, las Fuerzas de Autodefensa podrían, en principio, asistir a las fuerzas de un país extranjero en situaciones en las que no esté en riesgo ni la supervivencia ni la seguridad de Japón y sus ciudadanos.

La nueva interpretación es muy controvertida, dado que representa un abandono profundo del consenso político posterior a la Segunda Guerra. John Swenson-Wright, director del Programa de Asia del centro de estudios británico, Chatham House, dijo a la cadena BBC, que los cambios (que deben ser aprobados todavía en la Cámara Alta) suponen un riesgo para el país, pero también pueden mejorar su posición política y diplomática.
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