Internacionales Misa en la casa de Santa Marta

"La riqueza no compartida genera corrupción", advirtió el Papa Francisco

El Sumo Pontífice dijo que una abundancia de bienes vivida de modo egoísta es "triste, quita esperanza" y es el origen de "todo tipo de corrupción". Momentos antes, recibió al embajador argentino ante la Santa Sede, Eduardo Valdés
El papa Francisco dijo que las riquezas deben servir para "el bien común" y precisó que una abundancia de bienes vivida de modo egoísta es "triste, quita esperanza" y es el origen de "todo tipo de corrupción, grande o pequeña".

El Papa denunció esta actitud, que explica la infelicidad de nuestro mundo, su injusticia y maldad, en la homilía de la misa en la casa de Santa Marta, de la cual la radio Vaticana difundió algunos fragmentos.

"Aferrados a la riqueza, listos para corromper para aumentarla y protegerla. Corruptos, cerrados, que encuentran el paraíso solo en la riqueza, al final pierden ellos mismos y se alejan definitivamente de Dios. Ricos pero estériles, incapaces de administrar el propio dinero para el bien de todos", sostuvo, según un cable de la agencia ANSA.

Jorge Bergoglio comentó el célebre paso evangélico del joven rico, que encuentra a Jesús, le pide de seguirlo, le asegura vivir desde siempre los mandamientos, pero luego cambia humor y actitud cuando el Maestro le comunica el último paso a cumplir, lo que falta: vender los bienes, darlos a los pobres y a ese punto ponerse a su séquito. De golpe, "la alegría y la esperanza" en ese joven rico, se desvanecieron, porque él, a esa -su- riqueza no quiere renunciar.

El aferrarse a las riquezas, explicó Bergoglio, "es el inicio de todo tipo de corrupción, en todas partes: corrupción personal, corrupción en los negocios, también la pequeña corrupción comercial, de los que quitan 50 gramos al peso justo, corrupción política, corrupción en la educación. ¿Por que? Porque los que viven aferrados al propio poder, a las propias riquezas, se creen en el paraíso. Son cerrados, no dejan horizonte, no tienen esperanza. Al final tendrán que dejar todo", concluyó.

Con una misa del Papa en Roma, se conmemoró el 25 de Mayo

En el día de las conmemoraciones por el 25 de mayo, el Santo Padre recibió al embajador argentino ante la Santa Sede, Eduardo Valdés, y al personal de la representación diplomática en su tradicional misa de las siete de la mañana.

"No hay que vivir una vida cerrada. Una vida cerrada es una vida sin horizonte, sin esperanza. Y eso es una vida triste", reflexionó el
Sumo Pontífice durante la homilía.

"Eso es una vida estéril. Compartir la vida y la riqueza con los otros, especialmente a los pobres, da un horizonte con esperanza", agregó Francisco.

"Los que viven aferrados al propio poder, a las propias riquezas, se creen en el paraíso. Son cerrados, no dejan horizonte, no tienen esperanza. Al final tendrán que dejar todo", concluyó.

Al mediodía de Roma, Valdés luego participó de una misa especial celebrada en la Iglesia Argentina de la capital italiana, en homenaje al 205 aniversario de la revolución de mayo, que contó con la participación de Monseñor Sánchez Sorondo y del maestro ceremoniero de Francisco, Guillermo Karcher.

"La patria es el otro", aseveró Valdés en conmemoración de la fecha patria y recordó algunos postulados del Sumo Pontífice, para quien, dijo, "la patria es el mundo y los otros son, por ejemplo, los inmigrantes en Lampedusa", y "el explotado por esa esclavitud moderna que es la trata de personas", además de "los excluidos del sistema".

Además, el embajador destacó durante su alocución las figuras de Monseñor Angelelli y del obispo salvadoreño Monseñor Óscar Arnulfo Romero, beatificado ayer por "impulso" de Francisco.

Antes, Valdés, el encargado de negocios de la embajada argentina en Italia Carlos Cherniak y el embajador nacional ante la FAO Claudio Rozencwaig encabezaron el acto en el cual se colocó una ofrenda floral a José de San Martín.

Allí, Cherniak recorrió la figura de varios próceres de la historia patria y destacó las palabras de la presidenta Cristina Fernández: "puede haber pueblo sin revolución, pero no revolución sin pueblo", en una ceremonia en la que también participó el agregado económico de la sede diplomática, Guillermo Moreno.

"Nuestros próceres tuvieron que dar batallas contra el colonialismo. A nosotros también nos toca dar batallas cotidianas. Batallas en paz, con la palabra, con el debate, contra las viejas-nuevas formas de colonialismo: desde la ocupación ilegal de nuestras Islas Malvinas hasta la extorsión de los fondos buitre", destacó Cherniak.
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