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EE.UU. y Cuba avanzan en las negociaciones para la apertura de embajadas

La cuarta ronda para "normalizar" el vínculo entre Estados Unidos y Cuba terminó en Washington con "avances", con exigencias, pro aún sin ningún anuncio formal de las partes.
La nación
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"Creo que hay que destacar que las tratativas siguen mañana [por hoy]", dijo a La Nación una fuente familiarizada con el proceso por el cual los gobiernos de Estados Unidos y de Cuba pretenden dejar atrás medio siglo de relación de hielo.
La coincidencia en que hubo "avances" fue ratificada por voceros de ambas partes, reunidos en esta ciudad para una ronda que apunta, sobre todo, a fijar fecha a la ansiada apertura de embajadas en ambas capitales. Un paso que permitiría dejar atrás el estatus de "oficina de intereses" con el que desde hace décadas vienen manejando su relación.
No hubo precisión alguna para ese objetivo y sí en cambio la ratificación del gobierno de Barack Obama de que un paso en ese sentido sólo sirve si va acompañado por la "garantía" de que sus diplomáticos podrán moverse libremente por la isla y entrevistarse con quien deseen, sin dar cuenta a autoridades de La Habana.
Eso apunta, obviamente, a los referentes de oposición al gobierno, a los que La Habana les coarta la agenda y el acceso a funcionarios y visitantes extranjeros.
"Hay demasiados políticos, periodistas y activistas cubanos a quienes el gobierno de La Habana les pisotea su derecho a la libre expresión y a reunirse libremente", sostuvo el vocero presidencial, Josh Earnest.
En igual sentido, lo que pretende Washington es que, además del libre desplazamiento de sus funcionarios, se permita igual trato a los cubanos que quieran visitar la embajada, sin que para ello tengan que toparse ni ser cuestionados por fuerzas del gobierno de La Habana.
La novedad es que ese doble mensaje, varias veces escuchado, fue transmitido esta vez por el vocero de Obama a periodistas cubanos que llegaron a esta ciudad como parte de la delegación diplomática de la isla.
Era la primera vez en mucho tiempo que se registraba la presencia de prensa cubana de esa naturaleza en la Casa Blanca. "No sé exactamente hace cuánto. Pero sí estoy seguro de que hace mucho que no ocurría algo así", añadió Earnest.
El otro gesto en la línea de distensión que transmitió el vocero fue el deseo expreso de Obama de visitar la isla "y sobre todo, la ciudad de La Habana", antes de que termine su mandato, en enero de 2017.
Pero se sabe que ello no ocurrirá si antes no hay embajadas formalmente abiertas en cada capital, así como hay certeza en Washington de que eso tampoco sucederá a menos que haya garantías de libertad de movimientos para sus integrantes.
"Las conversaciones de trabajo seguirán mañana" (por hoy), aseguró la vocera del Departamento de Estado, Marie Harf, al ser consultada al respecto. "Damos la bienvenida a la delegación de cubanos que nos visitan", había sido el saludo formal con que se abrió la nueva ronda.
El nuevo acercamiento ocurre como parte del objetivo de "normalizar relaciones" que anunciaron tanto Obama como Raúl Castro en diciembre pasado. Los dos mandatarios ratificaron la nueva era al reunirse el mes pasado en Panamá, en ocasión de la Cumbre de las Américas. En forma paralela, su cuerpo diplomático viene manteniendo una serie de reuniones de trabajo.
Hasta ahora fueron dos sesiones en La Habana y otras dos en esta ciudad. La tarea seguirá hoy, con la secretaria adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, al frente de la línea norteamericana, y de la cubana Josefina Vidal, en nombre del gobierno de la isla.
La lluvia y al aire súbitamente invernal que imperaron ayer en esta ciudad no alcanzaron a empañar el buen tono con el que transcurren las tratativas. "Estamos en un proceso y los pasos deben cumplirse", añadió una fuente norteamericana.
Eso incluye una serie de exigencias que impedirían la apertura inmediata de embajadas. Primero Cuba debe ser eliminada de la lista de países que auspician el terrorismo, algo que -por plazo procesal- no podrá ocurrir antes del mes próximo.
A eso debe sumarse un período de no menos de dos semanas con el que el gobierno norteamericano debe anticipar al Congreso toda intención de abrir una nueva legación diplomática. Sí se supo de avances en otras cuestiones burocráticas, como el acceso a plazas financieras para que funcionarios cubanos puedan operar con bancos locales.
Con ser altamente simbólica, la apertura de embajadas es el primer escalón en un recorrido complejo, en el que resta desmontar las barreras que, a lo largo de décadas, impidieron una relación normal.
Eso incluye el embargo económico que impide buena parte de la actividad de negocios que pretenden empresarios de este país y cuya remoción está en manos del Capitolio.
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