Internacionales Grave situación en Baltimore

Tensión racial en EEUU: Al menos 15 policías y varios civiles heridos

Otra vez los disturbios por un caso de abuso policial contra un joven negro estallaron en Estados Unidos, ahora a 60 kilómetros de la Casa Blanca. Hubo autos quemados, saqueos, piedrazos. Video.
Autos quemados, saqueos, piedrazos, al menos 15 policías y varios civiles heridos fue el saldo de la violencia desatada ayer en las calles Baltimore, muy cerca de Washington, luego del funeral de un joven negro que murió mientras estaba detenido en una comisaría. Otra vez los disturbios por un caso de abuso policial contra un joven negro estallaron en Estados Unidos, ahora a 60 kilómetros de la Casa Blanca.
En esta ciudad portuaria donde viven cerca de 3 millones de personas, y con más de 60% de población afroamericana instalaron anoche el toque de queda y el estado de emergencia. Grupos de jóvenes se enfrentaron a piedrazos y bombas molotov con los policías, que se protegían con bastones escudos y cascos. Se veían decenas de jóvenes con capuchas y caras tapadas con pañuelos, algunos armados con palos y otros hasta blandían una espada tipo samurai.
Un patrullero y varios automóviles particulares fueron incendiados y una inmensa farmacia fue saqueada por varias horas y la gente entraba y salía con cajas de productos sin que la policía interviniera. Más tarde arrasaron un negocio para pagar cuentas y cambiar cheques, quizás en busca de efectivo. Luego, otro de venta de celulares. La familia del joven fallecido dijo estar en estado de “shock” por las imágenes que veía en la televisión y llamó a la calma.
“Esto es una locura”, dijo a Clarín un hombre que sólo se identificó como Eddie y que miraba desde la puerta de su casa cómo la gente pasaba cargando sobre todo cajas de bebidas. Otros colocaban en los baúles de los autos lo que habían arrasado en los negocios. El epicentro de la violencia fue en las Avenidas Pensilvania y Norte, en un barrio donde la mayoría de las casas están deshabitadas y tapiadas. Los vecinos aconsejaban a los blancos no acercarse al lugar, que estaba envuelto en una nube de humo. Una jubilada, que por temor tampoco quiso identificarse, miraba apesadumbrada lo que estaba pasando. “Esto me recuerda a los años 60”, dijo a esta corresponsal. “Esta no es manera de pedir justicia, yo le pido a los jóvenes que vuelvan a su casa”, dijo.
Los incidentes se produjeron luego del entierro de Freddie Gray, de 25 años, y fallecido el 19 de abril por daños severos en la espina dorsal, una semana después de haber sido arrestado. Las autoridades dicen que el detenido cayó en coma y murió al ser trasladado, mientras que sus familiares aseguran que la policía utilizó la violencia contra Gray. Seis agentes han sido suspendidos mientras se investiga qué pasó. Sin embrago, la muerte del joven desató manifestaciones que se tornaron violentas ya este fin de semana, con decenas de detenidos y al menos una docena de uniformados con heridas leves.
Pero los rumores de que la violencia tras el funeral podría ser mayor aumentaron. Por eso se suspendieron ayer las clases en la Universidad y llegaron a la ciudad más importante de Maryland vehículos blindados estatales para apoyar a la policía. Las autoridades de Baltimore dijeron que habían recibido una “amenaza creíble” de que varias pandillas de la ciudad como los “Crips”, “Blood” y los “Black Guerrilla Family” se habían “asociado para ‘eliminar’ a agentes policiales”. Anoche, el partido de beisbol del equipo local, los Oriols, se suspendió por la violencia.
El funeral se celebró en la Iglesia Bautista Shiloh, con capacidad para 2.200 personas, que se llenó de amigos del joven fallecido, vecinos y también representantes políticos. En el templo había colgada una pancarta que rezaba: “Las vidas de los negros importan y todas las vidas importan”. Este es el lema de un movimiento nacional de protesta que crece ante la ola de casos de brutalidad policial contra afroamericanos que comenzó a tomar presencia en la prensa tras la muerte en agosto del adolescente negro desarmado Michael Brown, en Ferguson, Missouri, a manos de un agente blanco que finalmente no fue sometido a juicio.
Desde entonces, los casos similares no han frenado: entre los que más protestas han despertado está el de Eric Garner, que murió en Nueva York mientras un policía le aplicaba una maniobra de estrangulamiento prohibida para arrestarlo en la calle. O el de Tamir Rice, de sólo 12 años, que murió en Cleveland cuando un policía le disparó tras sentirse amenazado por una pistola de juguete que el niño tenía.
Preocupado, el presidente Barack Obama ordenó investigar los casos y algunas reformas de las prácticas policiales. Incluso entre los asistentes, muchos de ellos vestidos de blanco, se encontraban los familiares de Garner, así como varios funcionarios de la Casa Blanca.
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