Según apunta la investigación del suceso, ocurrido este martes, el copiloto del avión, Andreas Lubitz, hizo descender el avión voluntariamente. Aunque no se conocen claramente las causas detrás de este comportamiento, diversidad de medios apuntan a que sufrió depresión.
El avión descendió sobre las montañas francesas durante ocho minutos, durante los cuales el comandante, que había salido para ir al baño, había quedado fuera de la cabina, sin posibilidad de entrar.
Lubitz podría haber roto con su pareja recientemente, según informa The Daily Star. Según apuntan medios alemanes, se iban a casar el año que viene.
Este jueves, la policía acudió a su hogar a las afueras de Dusseldorf, y los investigadores aseguraron que han encontrado allí "una clave importante" que podría arrojar algo de luz sobre el accidente. No se trata de una nota de suicidio. Sacaron del hogar una computadora y varias bolsas con objetos.
Lubitz había pasado todas las pruebas psicológicas y físicas necesarias para volar con Lufthansa, que aseguró este martes que "nuestros pilotos son los mejores del mundo", y que no podía explicar el incidente.
Según han ido informando conocidos, vecinos y amigos, Lubitz era "un chico normal", que solía salir a correr y que dividía su tiempo entre su casa propia y la de sus padres. Había soñado desde joven con pilotar un avión. "Siempre fue muy obsesivo, quería ser piloto por encima de todo, pero ahora había conseguido lo que soñaba... ¿Qué razón podía tener para hacer eso?", aseguraba uno de sus amigos este jueves.