Llamó a su épica travesía The Odyssey Expedition y le vendió a Lonely Planet la idea para hacer un documental en la BBC.
Bailó con los montañeses de Papúa, en Nueva Guinea; se hizo amigo de los orangutanes en Borneo; recorrió Kenya en un camión de 18 ruedas, pasó cuatro días en el océano sobre un barco con agujeros para llegar a Cabo Verde, fue encarcelado durante una semana en el Congo, y hasta fue salvado de los fundamentalistas musulmanes por una transexual filipina.
Dijo que la gente tiende a preguntarle cómo se metió en países como Corea del Norte, Irak o Afganistán, pero él responde que esos eran de los países más fáciles para acceder, que mucho más difícil fue negociar las rutas en las naciones insulares pequeñas como Nauru, en el medio del Océano Pacífico, o las Maldivas y las Seychelles, donde a veces hay amenazas de piratas.
El peor momento fue cuando Nicole, su hermana, murió de cáncer hace un par de años.
Graham dice sobre su viaje creo que quise mostrar que el mundo no es un lugar inmenso y aterrador, sino que en realidad está lleno de gente que quiere ayudarte.