Internacionales Los mercados quieren jugar su papel en los comicios

Cayó el real y se desplomó la Bolsa en Brasil, mientras Dilma se encamina a la reelección

Cuando faltan seis días para las elecciones, las encuestas sitúan a la presidenta muy por delante de Marina Silva. El real se depreció y alcanzó su nivel más bajo desde 2008. La Bolsa de San Pablo tuvo su peor caída en tres años.
Los mercados no ven con buenos ojos la reelección de Dilma Rousseff. A seis días de la primera vuelta de los comicios en Brasil y con la presidenta fortalecida por las más recientes encuestas, pese al estancamiento de la economía y el aumento de la inflación, el real se depreció ayer frente al dólar hasta alcanzar su nivel más bajo desde 2008 (2,45 unidades) y la Bolsa de San Pablo se desplomó 4,52%, su peor caída en tres años, empujada principalmente por las acciones de la estatal Petrobras (-11,17%), compañía en el eje de un gran escándalo de corrupción.
La negativa reacción de estos indicadores financieros frente al avance de Dilma llegó acompañada por una nueva encuesta, de MDA, que pronosticó que la mandataria, del Partido de los Trabajadores (PT), vencería con un amplio margen a su principal rival, la ecologista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), en la segunda vuelta electoral, programada para el 26 de octubre. Según este sondeo, Dilma sería reelegida con el 47,7% de los votos, frente al 38,7% de Silva. En tanto, para este domingo, la presidenta obtendría un respaldo del 40,4%, seguida por la líder ambientalista con el 25,2%, y el senador Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con el 19,8%.
Las cifras de MDA para la primera vuelta confirman la encuesta de Datafolha divulgada el viernes pasado (40% para Rousseff, 27% para Silva y 18% para Neves), pero sacan a la presidenta del peligroso terreno del empate técnico con la ecologista en el que las ubicaba el sondeo anterior (47% de Rousseff; 43% de Silva).
Ante este cambiante panorama en la recta final, Dilma se convirtió anteanoche, durante el debate televisivo en la cadena Record, en el blanco de la mayoría de los ataques de sus adversarios, en especial por las acusaciones de corrupción que salpican a Petrobras y por la decepcionante situación económica del país, técnicamente en recesión, con una proyección oficial de crecimiento del 0,7%, y una inflación del 6,5%, en el techo de la meta fijada por el gobierno.
"Sólo vamos a volver a crecer cuando recobremos la confianza en nuestro país", apuntó Neves, que hizo hincapié en la responsabilidad del gobierno en el caso de corrupción que sacude a Petrobras.
Según revelaciones parciales de un ex director de Abastecimiento de la Petrolera, Paulo Roberto Costa -ahora preso y en busca de una reducción de su condena como parte de un acuerdo de delación con la Policía Federal y el Ministerio Público-, en la compañía se cobraban sobornos de empresas a cambio de contratos con la estatal; varios ejecutivos y políticos oficialistas estarían involucrados.
"Las denuncias no cesan. Yo represento la indignación de los brasileños; no veo que la presidenta esté indignada", resaltó el socialdemócrata.
Sin entrar en detalles sobre las denuncias puntuales que atañen al PT, Dilma defendió su actuación.
"En mi vida siempre tuve tolerancia cero con la corrupción. Di autonomía a la Policía Federal para agarrar a Costa y no ordené esconder el asunto debajo de la alfombra. Defiendo la investigación para proteger a Petrobras", afirmó.
En medio de los embates de sus rivales, la presidenta aprovechó para continuar su "deconstrucción" de Silva -ex ministra de Medio Ambiente de Luiz Inácio Lula da Silva-, que sorprendió con su irrupción en esta campaña al reemplazar al candidato original del PSB, Eduardo Campos, muerto en un accidente aéreo el mes pasado. La criticó por haber cambiado varias veces de partido -era del PT, pero luego lo abandonó en 2010 por el Partido Verde, sigla que dejó para crear sin éxito su propia fuerza, la Red Sustentabilidad, y finalmente sumarse al PSB- y subrayó su falta de experiencia ejecutiva. "Gobernar requiere firmeza, posiciones claras. No se puede improvisar", le dijo.
Debilitada por la feroz campaña de miedo que ha lanzado el PT contra ella, Silva intentó defenderse y rechazó una vez más el rumor de que si llega a la presidencia, se deshará de los programas sociales de los últimos años. "Cambié de partido para no cambiar de ideales y de principios. Tengo total coherencia con las posiciones que defiendo. Vamos a mantener las conquistas sociales, corregir los errores, sobre todo la corrupción", resaltó. (La Nación)
El comentario no será publicado ya que no encuadra dentro de las normas de participación de publicación preestablecidas.

NOTICIAS DESTACADAS