Internacionales Sin muertos ni heridos de gravedad

El huracán Odile causó gran destrucción en paradisíaca zona turística de México

Odile se convirtió en tormenta tropical, tras dejar un rastro de destrucción en la península mexicana de Baja California. Arrasó con viviendas improvisadas hasta hoteles de lujo y convirtió vecindarios enteros en zonas de desastre.
Unos 30.000 turistas —26.000 extranjeros y 4.000 nacionales— fueron alojados en refugios temporales en hoteles, y el aeropuerto internacional de Los Cabos permaneció cerrado. Responsables de emergencias indicaron que 135 personas habían sido atendidas por heridas leves producidas por cristales rotos y objetos caídos, pero no había muertos ni heridos de gravedad por el momento.
El gobierno mexicano enviará aviones militares y comerciales a los aeropuertos de La Paz y Los Cabos para sacar a los turistas de la zona, según un comunicado difundido el lunes por la noche.
Odile, que tocó tierra la noche anterior cerca de Cabo San Lucas como huracán de categoría 3 antes de debilitarse rápidamente, derribó árboles, postes de luz y señales de tráfico en la autopista principal de la región, que en un momento dado se vio inundada. Innumerables ventanas se rompieron en coches de alquiler y habitaciones de lujo, y las fachadas de algunos complejos turísticos se hicieron añicos.
Alejandro Tealdi, de 32 años, residente de Cabo San Lucas y nacido en Argentina, dijo a The Associated Press que "hubo también daños en la casa, entraba el agua, el viento muy fuerte, pero gracias a Dios físicamente no pasó nada, que es lo importante".
"Está muy destruido todo", añadió. "En los siete años que estoy aquí nunca había pegado, nunca me había tocado algo así".
La mayoría de los postes de luz de la zona habían sido derribados, indicó Luis Felipe Puente, coordinador nacional de protección civil, dejando a 239.000 personas en el estado de Baja California Sur sin electricidad. Muchos carecían también de agua potable. Los puertos permanecían cerrados.
El Coordinador Nacional de Protección de Civil está coordinando la evacuación de turistas, con prioridad a personas con problemas de salud, y comenzará por extranjeros y mexicanos de la tercera edad.
En algunos hoteles los huéspedes tuvieron que moverse de las plantas bajas a plantas superiores por inundaciones.
"Se trata de todo el corredor" entre San José del Cabo y el Cabo San Lucas, dijo Deneb Poli, paramédico del Meliá Cabo Real. Afirmó que todos los turistas alojados en el establecimiento así como los trabajadores se encuentran bien pero la electricidad y las líneas telefónicas se caen. "Hay partes de hoteles totalmente colapsadas... hay muchos daños", dijo.
Charly Park, de 52 años, llevó el domingo procedente de Los Ángeles, pero en lugar de ir a su habitación de hotel, su mujer y él pasaron la noche en un abarrotado y caluroso refugio.
"Es una experiencia horrible, sin aire acondicionado, sin ventiladores (...) todos los cables de la luz se cayeron", dijo Park.
Muchas viviendas y negocios quedaron reducidas a meras estructuras.
Graciela Castillo Monroy, de 44 años, y su familia, regresaban a su vivienda desde un refugio cuando se encontraron que el tejado de su casa había volado y dos de las paredes habían colapsado.
Recogió lo que pudo sobre un colchón y dijo "pues ahora a empezar de nuevo otra vez. No nos queda de otra que seguir adelante".
El sur de Baja California está plagado de complejos hoteleros que se levantan entre pequeñas comunidades pesqueras y barrios humildes. Muchas de las viviendas no están preparadas para soportar huracanes.

Odile continuó sacudiendo el estado de Baja California Sur con fuertes vientos y densas lluvias en su camino hacia el norte, aunque reducida a tormenta tropical.
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