La Operación Castanheira, como fue bautizada, permitió identificar a quienes son "considerados los mayores deforestadores de la selva amazónica brasileña", aseguró hoy la Policía Federal a través de un comunicado.
La banda es responsable de crímenes ambientales estimados en más de 500 millones de reales (unos 230 millones de dólares), informó, por su lado, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama).
El grupo llevaba adelante sus acciones en el estado amazónico de Pará, en el norte de Brasil, y operaba invadiendo tierras públicas y deforestándolas, para luego dividirlas en lotes y venderlas.
Además, se están cumpliendo varias órdenes de captura y prisión preventiva, así como acciones en las ciudades de los estados de San Pablo, Paraná y Mato Grosso, informaron la policía y el Ibama.
"Los involucrados son considerados los mayores deforestadores de la Amazonía brasileña actualmente y deberán ser acusados de los crímenes de invasión de tierras públicas, robo, evasión fiscal, crímenes ambientales, falsificación de documentos, asociación ilícita y lavado de dinero", señaló el comunicado de Ibama.
Todos los estudios indican que en el año 2013 se experimentó un aumento de la deforestación del 28%, después de cuatro años seguidos de que este índice estuviera a la baja. El dato equivale a 5.843 kilómetros cuadrados de árboles cortados.
Las razones apuntadas por distintas ONG y referentes ecologistas van desde la expansión de áreas agrícolas, la especulación de terrenos, hasta los proyectos de infraestructura, como el polémico proyecto de la hidroeléctrica Belo Monte, y el Código Forestal, aprobado el año pasado, que redujo áreas protegidas y amnistió a quienes habían deforestado antes de 2008.
