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Refuerzan la seguridad en Copacabana tras violentos enfrentamientos

La seguridad fue reforzada en Copacabana, uno de los barrios más turísticos de Rio de Janeiro, al día siguiente de enfrentamientos violentos y escenas de destrucción que dejaron al menos un muerto a 50 días del Mundial en Brasil.
La violencia en una de las zonas más ricas y turísticas de la
ciudad despierta dudas sobre la capacidad de las autoridades de
garantizar la seguridad de cientos de miles de personas que
visitarán Rio durante la Copa del Mundo, entre el 12 de junio y el
13 de julio, pero también sobre el éxito de la estrategia de
"pacificación" de favelas impulsada por el gobierno.
Decenas de policías militares, entre ellos integrantes del
Batallón de Operaciones Especiales (Bope), patrullaban este
miércoles los accesos y la favela Pavao-Pavaozinho, ubicada entre
los barrios Copacabana e Ipanema, constató una periodista de la AFP.
Tras la violencia del martes de noche, el clima era de aparente
calma en la zona durante este feriado por San Jorge, patrón de
ladrones, policías y portadores de armas de fuego y muy venerado
en Rio.
Surfistas bajaban a la playa con sus tablas, caminando entre
policías de élite fuertemente armados y decenas de basureros que
limpiaban los restos de las barricadas que ardieron durante horas
en los accesos a la favela.

Balas vs piedras

El martes al anochecer, la muerte violenta del bailarín de TV
Globo Douglas Rafael da Silva Pereira, de 25 años, presuntamente a
manos de la policía en la favela Pavao-Pavaozinho, desató la
rebelión de decenas de jóvenes que descendieron la colina hasta
Copacabana e Ipanema y fueron confrontados con disparos de armas
de fuego, bombas de ruido y gas pimienta por las fuerzas del orden.
"La policía disparaba balas de verdad y los habitantes se
protegían como podían tirando piedras y botellas, con cajones de
madera", contó a la AFP el miércoles un testigo de las protestas y
habitante de Copacabana que sólo se identificó como Fabio.
Este residente y otros vecinos cuentan que un niño de 12 años
habría muerto también en los enfrentamientos, pero la policía no
lo confirma.
Un joven de 27 años recibió un balazo en la cabeza y murió
durante la protesta en la favela por la muerte del bailarín.
La policía dijo el martes de noche que el bailarín fue hallado
muerto y que sus heridas indicaban que podría haber sufrido "una
caída".
Pero el informe de los médicos forenses publicado este
miércoles por el portal de noticias G1 de Globo señala que su
muerte fue causada por una "hemorragia interna a raíz de una
laceración pulmonar" causada por una herida perforante de tórax.
La herida podría haber sido provocada por un disparo.
La violencia comenzó "con manifestaciones violentísimas por
parte de residentes (de la favela) ciertamente alentados por
marginales, lo cual culminó con escenas de violencia, depredación,
objetos quemados, coches quemados", dijo el miércoles a la AFP el
coronel Frederico Caldas, coordinador general de las Unidades de
Policía Pacificadora (UPP) de Rio, como se denomina a las
comisarías instaladas desde 2008 en decenas de favelas.

"Pacificación" cuestionada

"Estamos muy lejos de alcanzar el ideal de que la comunidad se
sienta protegida por la policía. El objetivo de las autoridades de
recuperar el control del territorio (en manos de narcotraficantes
o milicianos) está en entredicho en algunas favelas", dijo a la
AFP Ignacio Cano, del Laboratorio de la Violencia de la
Universidad Estatal de Rio de Janeiro (UERJ).
"Hay que investigar estas muertes, pero se precisa una
evaluación mayor del proyecto, sobre todo del relacionamiento de
los habitantes con la policía, que hoy depende de cada comandante
de cada UPP", afirmó.
En los últimos meses, la estrategia de "pacificación" del
gobierno ha sido puesta a prueba por una serie de ataques de
narcotraficantes a varias UPP, así como por la propia violencia
policial, con denuncias de torturas y asesinatos de habitantes de
favelas cometidos por las propias fuerzas del orden.
Para Cano, las UPPs en algunas favelas han funcionado bien,
mientras hay otras como el Complexo do Alemao o partes de Rocinha
en las que el Estado no ha podido asumir el control del territorio.
"La política de la UPP ha cambiado la cara de Rio", aunque en
muchas favelas como Pavao-Pavaozinho "existen desafíos muy
grandes, ya que la venta de droga aún es muy lucrativa y la
demanda solo aumenta", sostuvo el coronel Caldas.
El comentario no será publicado ya que no encuadra dentro de las normas de participación de publicación preestablecidas.

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