La orden permite que el personal de emergencia evacúe a los residentes si es necesario por la fuerza y que corte el suministro eléctrico. En tanto, las autoridades alertaron que dos incendios separados en las Montañas Azules, unos 70 kilómetros al oeste de Sydney, podrían juntarse y avanzar sobre la ciudad.
La decena de diferentes incendios se han combinado de modo de que abarcan un perímetro de más de 400 kilómetros y han quemado más de 100.000 hectáreas. El comisionario del Servicio Rural de Bomberos (RFS), Shane Fitzsimmons, señaló que se espera que las temperaturas suban y aumenten también los vientos, lo que combinado con la sequedad de los bosques obligará a evacuar a numerosos residentes.
Desde el inicio de la crisis el jueves ha muerto una persona y han sido destruidas 208 viviendas. Entre los que se encuentran luchando contra el fuego está el propio primer ministro Tony Abbott, bombero voluntario en una brigada en Sydney.
El dirigente pasó la noche trabajando con su equipo en las Montañas Azules, generando incendios controlados frente a las llamas para impedir que avancen. Los equipos, formados por 1.500 bomberos, la mayoría voluntarios, están apoyados por medios aéreos que lanzan agua.
Matt Stephens, que vive en la zona, declaró a la agencia local AAP que se quedará para defender su casa todo lo que pueda y sólo buscará refugio cuando no tenga más remedio. "Tengo todo lo necesario en la puerta de casa para irme", señaló.
Continúan los trabajos para combatir el incendio
La lucha contra uno de los incendios más dramáticos que ha tenido lugar desde 1960 comenzó este jueves y tuvo su respiro durante el viernes y el sábado, ya que se habían registrado bajas de temperaturas y del viento que alimentaban las llamas.
Pero este domingo las condiciones volvieron a empeorar con la vuelta del calor y las ráfagas superiores a 100 km/h. "Nos enfrentamos a una situación sin precedentes en términos de riesgo y exposición para la región de las Montañas Azules y Hawkesbury", advirtió el jefe de los bomberos del Estado, Shane Fitzsimmons.
Además, las autoridades lanzaron un aviso de evacuación para el pueblo de Bell, en las Montañas Azules y está terminantemente prohibido encender fuegos en Sidney e inmediaciones.
Las evacuaciones forzosas se decidirán caso por caso en ciertas zonas amenazadas por incendios que representen un peligro "mucho más extremo" que en el pasado, indicó el jefe adjunto de la policía local, Alan Clarke.
Los incendios de maleza disminuyen en Australia durante el verano austral, de diciembre a febrero. En 2009, un incendio en el Estado de Victoria (sur) causó 173 muertos y miles de viviendas hechas ceniza.
