Internacionales Aunque se debilitó ligeramente

EEUU: el huracán "Irene" ya se hace sentir con fuertes lluvias y vientos

Decenas de miles de personas se preparaban para el inminente arribo del huracán Irene sobre la costa este de Estados Unidos, y las autoridades norteamericanas ordenaron la inédita evacuación de 250.000 neoyorquinos.
Además, las autoridades de esa ciudad decidieron cerrar los aeropuertos de John F. Kennedy, LaGuardia y Newark.

Irene debería tocar las costas de Carolina del Norte este sábado antes de continuar sobre la costa este el domingo en dirección a Washington, Nueva York y Boston, una de las regiones más pobladas del mundo con 65 millones de habitantes, y podría ser acompañado de olas de 3 a 4 metros de altura, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC).

El presidente Barack Obama, que exhortó a los estadounidenses a "tomar en serio esta tormenta" cuyas proporciones podrían ser "históricas", interrumpió sus vacaciones en Massachusetts (noreste) y regresó a Washington la noche del viernes, poco antes de la medianoche.

"Insisto en que si se encuentran sobre la trayectoria prevista del huracán, deben tomar precauciones desde ahora. No esperen", dijo el mandatario en una alocución.

El huracán se debilitó ligeramente este sábado, con vientos de 150 km/h en lugar de los 160 km/h que registró durante la noche, pasando a ser un ciclón de categoría uno, la más baja de la escala Saffir-Simpson, que cuenta con cinco niveles.

En categoría uno, los vientos están comprendidos entre 119 y 153 km/h. Deben sobrepasar los 249 km/h para alcanzar la categoría cinco.

Irene "debería permanecer justo en el límite entre las categorías uno y dos" de aquí a su arribo a las costas de Carolina del Norte, según el último reporte del NHC.

A las seis de la mañana (hora argentina), el centro del huracán se encontraba a sólo 55 kilómetros al sur de Cap Lookout, en Carolina del Norte, donde ya se hacían sentir vientos fuertes y lluvias, señaló el centro meteorológico estadounidense.

Aún bajo los efectos que dejó el huracán Katrina que golpeó duramente a Nueva Orleans en 2005, las autoridades temen que el huracán se acompañe de inundaciones, cortes de energía eléctrica y destrucción.

Los daños podrían alcanzar hasta los 12.000 millones de dólares, según los expertos de Kinetic Analysis, una oficina que desarrolla modelos informáticos sobre los eventuales destrozos provocados por las tormentas.

Desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, las autoridades decretaron el estado de emergencia y lanzaron alertas de huracán, y decenas de miles de personas han recibido la orden de alejarse de las costas.

En Nueva York, el alcalde Michael Bloomberg, quien hizo de esto una "cuestión de vida o muerte", ordenó el viernes la evacuación obligatoria de 250.000 neoyorquinos que habitan en los sectores costeros expuestos, y 750.000 habitantes de Nueva Jersey tuvieron que alejarse de la zona de Cap May.

"Nunca habíamos impuesto una evacuación obligatoria y no lo haríamos si no pensáramos que la tempestad puede ser muy grave", dijo Bloomberg. Irene se dirige "directamente hacia nosotros", advirtió.

Los transportes públicos serán suspendidos desde el mediodía del sábado, probablemente hasta la hora punta del lunes, y como medida de precaución Bloomberg aconsejó a los habitantes a que almacenen productos de primera necesidad.

Las autoridades del estado de Nueva York han previsto que los principales ejes de ruta en dirección a la ciudad sean cerrados si los vientos sobrepasan los 96 km/h. También se ha convocado a 900 guardias nacionales y a 2.500 obreros del sector de la electricidad para que estén listos a intervenir en caso de cortes de energía, en una movilización inédita.

Como un verdadero "monstruo", Irene tiene un diámetro de 820 km, o sea cerca de un tercio del equivalente del total de la costa este estadounidense (2.675 km), según una estimación de la Nasa realizada a partir de satélites.
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