''Al divorciarse Sandra Torres de Álvaro Colom ella estaría evitando que se le aplique el Artículo 187 de la Constitución que dice que los parientes cercanos del Presidente de la República no pueden optar a la Presidencia'', indicó Rosales.
Sandra Torres, la ex primera dama de Guatemala se divorció del presidente de este país, Álvaro Colom, el pasado abril ante la prohibición constitucional que le impedía aspirar a la Presidencia en las elecciones de septiembre próximo.
De acuerdo con la legislación guatemalteca, está prohibido que los parientes cercanos a los presidentes de turno participen en comicios presidenciales.
Grupos opositores habían acusado a Colom, quien no puede ser reelegido, y a su esposa, de aparentar un divorcio para allanar el camino de la candidatura presidencial de Torres.
La ex primera dama, de 51 años, fue proclamada el pasado 8 de mayo como la candidata presidencial de una coalición entre el partido de gobierno Unidad Nacional de la Esperanza (Une, socialdemócrata) y Gran Alianza Nacional (Gana, centro derecha). En las primeras encuestas electorales aparece como segunda en intención de voto.
El proceso electoral guatemalteco inició formalmente a principios de este mes, cuando el Tribunal Supremo Electoral abrió el proceso de inscripciones de candidatos que estará vigente hasta el 2 de julio. La coalición Une-Gana aún no ha cumplido este trámite.
Hace poco, Raquel Zelaya, directora ejecutiva de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales de Guatemala considera que "no parece ético acudir a una figura como el divorcio cuando la pretensión no es divorciarse sino estar en la capacidad de optar a la Presidencia".
"Se debilita mucho la legitimidad de doña Sandra porque para gobernar hay que tener antecedentes de respeto profundo a la letra y al espíritu de la ley", agregó en una entrevista concedida a la agencia Inter Press Service (IPS).
