"Llegar a estos diez años del proyecto para nosotros es como una consagración de aquellas personas que empezaron en la segunda mitad de 2005 con la prueba piloto. Nunca se imaginó que tendríamos los resultados y la cantidad de chicos y personas que colaboran para que esto funcione. Una serie de acontecimientos se vivieron a lo largo de los años para llegar a tener esto hoy, una de las únicas estructuras que hay en la provincia y el trabajo arduo que hacen los papás de la subcomisión de equino junto con ACADME", destacó la directora de la institución, Fabiana Fistemberg a Paralelo 32. Trabajan en la institución además, la coordinadora del proyecto la licenciada en Psicología, Doly Plem; y la equinoterapeuta, Marcela Manen, con nueve años en la profesión y cinco de trabajo activo en el proyecto.
Los beneficios de la actividad fueron compartidos durante agosto con las familias de los diecinueve alumnos de la institución que forman parte del proyecto, muchos de ellos pioneros, donde los padres asistidos por sus hijos pudieron experimentar la rutina. En septiembre los alumnos de los últimos años de las escuelas secundarias locales, asistieron a una clase didáctica de equinoterapia. "El común de la gente no sabe todavía qué hacen los alumnos de nuestra escuela, hay ciertos prejuicios y en los jóvenes también. Queríamos que estén más informados y si alguno decide seguir una carrera en relación a la discapacidad que conozca esta actividad interdisciplinaria", dijo la licenciada Plem.
Siguiendo con las actividades de difusión y conmemoración del aniversario, el 26 de octubre los alumnos de equinoterapia tendrán un encuentro con sus pares del Centro de Equinoterapia Iko-Iko de María Luisa. Finalmente, el 14 de noviembre se realizará la cena aniversario, con la que finalizarán los festejos del proyecto, en el Salón de la Parroquia San José.
Cómo funciona
La directora de la Escuela de Educación Integral Nº 11 destaca que equinoterapia "hoy es un proyecto específico dentro de la institución con una importancia grandísima, y se sostiene gracias a la comunidad y el equipo de trabajo. Tuvo que formarse una subcomisión de padres que trabaja para sostenerlo porque tiene un costo diario importante que afrontar en el cuidado de los caballos, el equipo de personas que trabajan dentro de la institución educativa para este proyecto, que no pasa con ningún otro. Los demás proyectos tienen personas de nuestra escuela que los llevan adelante y acá estamos hablando de equinoterapeuta, profesor de educación física, kinesiólogo, psicólogo, psicomotricista y un conjunto de voluntarios. Estos últimos son estudiantes de carreras afines y se desempeñan ad honorem", señaló.
Beneficios de la equinoterapia
Conocida como una terapia complementaria, la equinoterapia aporta importantes beneficios en la salud de las personas con discapacidad. "Participan 19 chicos, alumnos de la escuela, hay algunos que están hace ya 10 años, fueron los pioneros del proyecto -señala la Psicóloga del equipo-. En ellos se ha notado muchos cambios y progresos; o al menos no hay retrocesos y se ha logrado que estabilicen la parte motriz y también vean estimulados los aspectos psicológicos y pedagógicos".
"El caballo -explica Marcela- es un terapeuta más, con el solo hecho de estar arriba del caballo en un minuto la persona recibe 110 estímulos. Si a esos estímulos agregamos la parte didáctica en cuanto a los colores, los números; trabajamos la parte motriz con distintos elementos como pelotas y bastones, ayudamos a corregir la postura pero también ayudamos a la parte pedagógica y psicológica. Más de una vez ha llegado un chico enojado, chinchudo, y el solo contacto con el caballo lo relaja, lo acomoda en cuanto a su enojo y termina la terapia con una sonrisa y hasta el da un beso al caballo".
La equinoterapeuta recordó que se trata de "una actividad multidisciplinaria porque se atiende con varios profesionales, y a la vez interdisciplinaria porque se necesita del kinesiólogo, del psicólogo, de la psicomotricista. Entre todos organizamos su terapia con los objetivos que nos planteamos de acuerdo con la patología de cada chico", señala.
¿Cuáles son los chicos que pueden y deben hacer esta terapia?
Marcela: -Cada paciente necesita la autorización del médico porque no todos los chicos pueden hacer equinoterapia, sobre todo hay que ver su cadera como está, por eso es fundamental que los profesionales estén al tanto de lo que es la equinoterapia. A veces se piensa lo subo un ratito al caballo y no pasa nada, pero hay riesgos. Hay que ver si el tema de las convulsiones está controlado o no, es todo un seguimiento médico.
Los caballos también tienen que estar preparados. Tienen que ser mayores de 10 años, porque el animal tiene que pasar todo el proceso de su mansedumbre, hacer toda su vida de caballo montado y después, recién a los 10 años, cuando se le salieron todas las cosquillas como uno dice, puede estar con los chicos que con su patología a lo mejor lo aprietan mucho y el caballo reacciona mal o busca pegar patadas. Además, el animal tiene que estar acostumbrado a llevar dos personas al lado que están cuidando a una persona que está montando.
Doly: -Junto con la certificación médica, desde la escuela se hace una evaluación de qué alumnos pueden integrar el proyecto. Se prioriza los casos de los chicos que tienen algún trastorno motriz severo, que le impide hacer algunas otras actividades de la escuela; también chicos que están dentro del trastorno del espectro autista y tienen muchas dificultades en la comunicación con el otro. Recientemente ingresó un niño de seis años que tenía terapias individuales en la escuela, un apoyo reducido en cuanto a la parte pedagógica, y los avances en tres sesiones fueron únicos, está montando solo.
Sobre los beneficios de la equinoterapia las entrevistadas señalan: "el primer contacto que hace el niño es con el animal y a partir de esto logra transferirlo al entorno, a los profesores. Después los padres comentan, porque en la casa ven los resultados. Está la motivación, empiezan a nombrar a su caballo, pese a que tienen dificultades con el lenguaje. El día que tienen equinoterapia son otras las ganas con las llegan a la escuela."
"Ha pasado con chicos que no pueden montar porque presentan convulsiones u otra problemática, que el solo hecho de acercarse al caballo, darle la zanahoria, establecer un contacto, una comunicación, hace que disfruten del proyecto y se vean cambios sorprendentes" ? acotó la directora.
¿La zanahoria se da todos los días?
Marcela: -Sí, sí. Una de las actividades que hacemos es que manipulen la zanahoria, la corten, son cosas de la vida diaria, ellos que tienen que aprender a cortar su propia comida. Y el tiempo de espera del caballo a que coma, que no se meta todo de golpe en la boca, es el respeto por el otro.
Lo que se busca siempre es la autonomía del chico. Un niño venía, se paraba, había que sacarle la campera, el guardapolvo, no se podía desvestir pero podía vestir al caballo. Todas esas cosas van llevando a su propia autonomía. Ahora llega solo, se saca la campera, ensilla el caballo. Sobre el caballo revoleaba los ojos, no quería estar, ahora se da vuelta sobre el caballo con distintos ejercicios que a lo mejor una persona sin dificultades no haría.
Otro de los chicos no podía subir, era muy espástico, y con acariciar al caballo empezó a relajarse, abrir las manos, sentir cuando el caballo comía y movía su boca; es un estímulo sensorial. Estar afuera, en contacto con la naturaleza, escuchando el sonido de los pájaros, también aporta estímulos a la vista, al olfato; cosas que en el consultorio y en el aula se pierden.
Doly: -Ir obteniendo tantos logros impacta en la autoestima de los chicos, en la confianza en sí mismos, que muchas veces no logran en otras actividades.
