En el libro están mencionados los 833 testigos, que para el autor fueron "la columna vertebral" del juicio. Se trata de sobrevivientes, familiares, madres, abuelas, hijos, hermanos que pusieron la cara en las audiencias y dieron los nombres de los genocidas acusados de graves crímenes contra la humanidad.
Llonto, quien llega a la capital entrerriana invitado por la agrupación H.I.J.O.S. Regional Paraná, concurrió a la Sala de Audiencias con la mirada del joven periodista de Clarín a quien encomendaron la cobertura pero le prohibieron emitir opiniones. Y también con la mirada del abogado que ya ejercía su militancia por los derechos humanos en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Sin duda, el libro muestra la otra cara de la historia oficial del Juicio a las Juntas. Destaca el enjuiciamiento a los represores y el contenido de la sentencia, pero remarca que la teoría de los dos demonios estuvo allí presente y de cierto modo esto sirvió de base para lo que vendría luego: las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida.
