Aparentemente en calma, pero todavía inestable: esta es la mejor manera de describir el estado del volcán Calbuco, en el sur de Chile, que hizo erupción dos veces la semana pasada.
Las autoridades chilenas advirtieron sobre la posibilidad de nuevas erupciones y además alertaron sobre el riesgo de deslaves por causa de las lluvias anunciadas para las próximas jornadas.
Aprovechando el actual momento de calma, sin embargo, la mayoría de los aeropuertos de Chile y la vecina Argentina que habían suspendido operaciones por causa de las toneladas de ceniza volcánica expulsada por el volcán reanudaron su actividad.
Se calcula que, hasta el momento, el Calbuco ha expulsado unos 210 millones de metros cúbicos de ceniza, cubriendo las zonas aledañas de polvo tan fino que parece talco o harina.
Más de 6.000 personas tuvieron que ser evacuadas luego de su erupción.
Y en las televisoras locales abundan las imágenes de habitantes de algunos pueblos vecinos que visten máscaras mientras intentan limpiar la ceniza de los techos de sus casas y de las calles y carreteras de la localidad.
Durante el fin de semana, las autoridades chilenas también anunciaron apoyo financiero para los granjeros locales, para ayudarles a cubrir sus pérdidas y asistirles con la evacuación de sus animales.Un año movido
La comuna de Calbuco, donde se encuentra el volcán del mismo nombre, es parte de la región de Los Lagos, un popular destino turístico por sus espectaculares paisajes.
Y en marzo pasado el volcán Villarica, ubicado a unos 200 kilómetros al norte de la misma, ya también había hecho erupción.
En los últimos meses Chile se ha visto además afectado por otros desastres naturales, incluyendo inundaciones en la habitualmente árida zona norte del país e incendios forestales en los bosques del sur.
El país sudamericano tiene aproximadamente 90 volcanes activos.
La erupción del Calbuco el jueves pasado creó una columna de cenizas de más de 20 kilómetros de altura que forzó la cancelación de numerosos vuelos internacionales.
La ceniza volcánica se considera muy peligrosa para los aviones, pues las finas partículas pueden dañar los motores de las aeronaves.
