Sociedad Tras pasar 24 años detenido

Los primeros momentos de la mano derecha de Pablo Escobar: "Popeye" en libertad

Lo señalan como mano derecha de Pablo Escobar y es sospechoso de unos 3.000 asesinatos. Lo dejaron en un parque y de allí, se retiró en un Audi negro y se desconoce su paradero. Afirmó que estaría entre la muerte y la posibilidad de “corona
Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias 'Popeye' salió de la cárcel el martes pasado tras permanecer 24 años detenido. El responsable de 3.000 asesinatos cumplió 24 horas libre y su paradero se mantiene en secreto.
"Popeye" salió de la cárcel el pasado martes de noche tras pasar 24 años detenido. El hombre fue uno de los mayores sicarios de los años 80 y de los más fieles de Pablo Escobar y hasta hace poco tiempo seguía llamándolo "patrón".
El periódico colombiano "El Tiempo" reveló detalles de sus primeros momentos en libertad: iba vestido con un jean azul desteñido, tenis y un buzo de algodón.
Luego, fue recibido en uno de los ocho patios del centro carcelario de Cómbita, en Boyacá, por los agentes que lo custodiarían hasta su traslado a Bogotá. Según indicaron los testigos, "Popeye", mano derecha de Pablo Escobar, estaba nervioso.
En el camino hacia a Bogotá, que hizo en una camioneta azul oscura, pidió que lo dejaran en la 170 en un parque cercano a un CAI ubicado en el norte la capital. Sobre la medianoche, firmó un acta en la que él y quienes lo protegieron hasta ese momento suscribieron que lo dejaban y "entregaban" en buenas condiciones. A "Popeye" lo esperaba un hombre que lo condujo hasta un Audi negro. Esa es la última imagen que, hasta ahora, se tiene de él.
De acuerdo con la revista "Semana", Velázquez había estado alojado en el Pabellón de Recepciones, el lugar de llegada de los presos de máxima seguridad. Pasaba las horas hablando con los guardias y con las trabajadoras sociales. Incluso, obtuvo rebajas por estudio y trabajo en la prisión.
La revista reveló que quienes aquellos que querian acercársele debían pasar por cinco puestos de seguridad con escáneres, sentarse en una silla eléctrica que detecta metales y dejar joyas, relojes, correas y dinero.
"Cuando vuelva a las calles, tengo un 80% de probabilidad de que me maten y un 20 por ciento de coronar", había declarado Velásquez seis meses atrás, en una entrevista para la revista mexicana "Proceso".
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