Sociedad Escollos por todos lados

Hay pocos espacios accesibles para discapacitados, niños y ancianos en Paraná

Escuelas, edificios públicos, colectivos, las veredas y los baños en los bares son de los escollos con los que tienen que convivir las personas con discapacidad. Hay cada vez más pisos resbaladizos o “veredas rústicas”.
Hay cada vez menos espacios accesibles para discapacitados, niños y ancianos en Paraná. Las autoridades del Estado aseguran que están involucradas en facilitar el acceso a los establecimientos educativos. Además el Instituto Provincial de Discapacidad (Iprodi) viene difundiendo “los 24 programas para la inclusión de las personas con discapacidad” que se financiarán a través de los Fondos de la Ley de Cheques, según lo dispuso la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad (Conadis).
La situación es compleja porque en la provincia solo Paraná y Concepción del Uruguay tienen un Código de Edificación Urbana, lo que significaría una “garantía” en la construcción de nuevos edificios.
Por lo que se ve a simple vista, tanto en los ingresos de las construcciones como en las veredas, cada frentista hace lo que le parece. Hay cada vez más pisos resbaladizos o “veredas rústicas” que dificultan el tránsito.

Olvidados
En Paraná son 3.365 las personas que tienen el Certificado Único de Discapacidad según el informe que presentó en 2013 el Iprodi. En la estadística quedó demostrado que, en Entre Ríos, viven 13.995 personas con el certificado que les permite conseguir algunos beneficios. Entre ellos aparecen los pasajes de larga distancia: la persona tiene que acercarse a la boletería con 48 horas de anticipación y solicitar el boleto presentando sus identificaciones. En el caso de que la empresa de viajes se niegue entra en acción la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). El primer inconveniente aparece con la oficina que está en el primer piso de la Terminal, por lo que el discapacitado ya se encuentra con una barrera. En el mejor de los casos, si puede viajar, lo tienen que hacer en colectivos que no están adaptados para sillas de ruedas. Los únicos que tienen un servicio diferencial son coches de las dos empresas que viajan a Santa Fe.
En tanto que si alguien en silla de ruedas y quiere utilizar el servicio del transporte público en Paraná se encuentra que las unidades carecen de rampas, por lo que si deciden subir tienen que hacerlo con la ayuda de otras personas.
En cuanto a los edificios, uno de los ejemplos más perturbadores es el de la Municipalidad de Paraná. Por su parte los funcionarios del Inadi están tramitando la mudanza porque carecen del espacio para hacer una rampa. Por ahora bajaron el timbre para que sea “accesible”.

Programas de la ley
Abarca los siguientes aspectos. Programa de Accesibilidad para ámbitos educativos, accesibilidad urbana, accesibilidad al aprendizaje, banco de máquinas Braille, equipamiento y accesibilidad para bibliotecas, transporte institucional, fortalecimiento institucional, inclusión deportiva, espacios culturales accesibles, apoyo a artistas, y a instituciones que realicen actividades artísticas, ayudas técnicas, mejoramiento de vivienda, adaptación profesional al puesto de trabajo, apoyo a los emprendedores y atletas, banco descentralizado de ayudas técnicas, fortalecimiento de espacios de estimulación temprana y desarrollo Infantil, fortalecimiento de redes de rehabilitación, plazas accesibles y centros municipales .

Con la llegada de los turistas algunos temas salen a la luz
En vísperas del feriado largo de Semana Santa, una de las fechas “calientes” para los hoteleros y gastronómicos de Paraná, algunas falencias de infraestructura quedan en evidencia.
Por ejemplo, en el centro de la capital provincial se hace muy difícil encontrar un baño en la planta baja de los bares. La mayoría los tiene subiendo escaleras. En el caso de la casa de comidas rápidas de la M dorada, los sanitarios están en el tercer piso.
En uno de los bares más emblemáticos de la ciudad, por ser el único que mantiene el servicio de cocina desde que abre hasta que cierra, está la opción de utilizar el ascensor aunque la mayoría de la gente desconoce esta posibilidad. En otro de los bares, uno de los más paquetes, la única alternativa es subir unas empinadas escaleras para llegar al toilette. Los ancianos que se apoyan en el bastón para caminar desechan la idea y los padres con niños la piensan dos veces. De más está describir la situación de una persona que llega en su silla de ruedas.
Algunos edificios de la ciudad obligan a un turismo “selecto” en donde quedan afuera los niños, los discapacitados y los ancianos.
Las estaciones de servicios que funcionan en el centro de la ciudad tienen baños accesibles, al igual que los hoteles más importantes.
Si bien muchas veces la excusa es la “gran inversión que hay que realizar” para concretar las mejoras, en el sector de la construcción aconsejan que las reformas se hagan en el plano original para evitar grandes erogaciones y dolores de cabeza.
Entre otros de los puntos fundamentales para garantizar la accesibilidad aparecen las rampas que están en las esquinas. Si bien se construyeron algunas, el piso está lejos de ser el ideal y muy pocas tienen barandas.

El primer artículo de la Ordenanza Nº 8.088
En su primer artículo, la Ordenanza 8.088 establece: “La prioridad de la supresión de barreras físicas en los ámbitos urbanos y arquitectónicos que se realicen o en los existentes que remodelen o sustituyan en forma parcial o total sus elementos constitutivos, con el fin de lograr la accesibilidad para las personas con movilidad reducida y mediante la aplicación de las normas contenidas en la presente ordenanza. Se entiende por accesibilidad, la posibilidad de las personas con movilidad reducida de gozar de las adecuadas condiciones de seguridad y autonomía como elemento primordial para el desarrollo de las actividades de la vida diaria, sin restricciones derivadas del ámbito físico, urbano o arquitectónico, para su integración y equiparación de oportunidades”.

Las barreras físicas urbanas
Los itinerarios peatonales: las veredas y senderos peatonales nuevos a construirse a partir de la sanción de la presente ordenanza, contemplarán una anchura mínima en todo su recorrido que permita el paso de dos personas, una de ellas en silla de ruedas.
Las veredas y senderos peatonales existentes y los nuevos a construirse tendrán pisos antideslizantes, sin resaltos ni aberturas que permitan el tropiezo de personas con bastones o sillas de ruedas. Fuente: Diario Uno
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