"No es justo que mi familia viva es miedo, que no pueda vivir en paz. Me alejé unos días, porque pasó algo muy feo y grave", fue la continuidad de su descargo, esta vez ya hablando directamente con sus seguidores. "Debido a esto tuve que tomar la decisión para no vivir perseguida. Todo muy triste, doloroso, aterrador. Espero esta vez poder contar con toda la buena onda y el amor de todos ustedes", suplicó.
Fueron semanas enteras sin su presencia en Instagram, fundamentalmente, sitio al que solía subir con frecuencia fotos suyas y de su familia. Fueron días para analizar fríamente la conveniencia de seguir o cortar el hábito de publicar imágenes o intercambiar mensajes con gente de su cercanía en el planeta 2.0.
Gisela, finalmente regresó y con ellas sus sugerentes fotos.