Cinco años después del derrumbe que los sepultó a más de 600 metros de profundidad, al fondo de una vieja mina en el árido desierto chileno, el esperado estreno del filme encuentra a sus protagonistas reales en conflicto por los derechos de su asombrosa historia.
"Los 33", dirigida por la mexicana Patricia Riggen y protagonizada por el español Antonio Banderas y la francesa Juliette Binoche. Cuatro días antes, y con la presencia de gran parte del elenco y de la mayoría de los mineros, se realizará el preestreno en un teatro de Santiago. El elenco internacional incluye además al español Mario Casas, la mexicana Kate del Castillo, el brasileño Rodrigo Santoro, el estadounidense Lou Diamond Phillips y el chileno Alejandro Goic.
"Yo no voy a participar de ese show", afirmó a la AFP el minero Luis Urzúa, jefe de turno aquel 5 de agosto de 2010, cuando un derrumbe los sepultó a él junto a sus compañeros al fondo de la mina San José, en la ciudad de Copiapó, en pleno desierto de Atacama, en el norte chileno.
La historia se encaminaba a ser una tragedia minera más. Durante 17 días no se supo nada de ellos y, cuando ya cundía la desesperanza, un pequeño mensaje de vida emergido desde el fondo de la mina, en el que se afirmaba que todos estaban bien, le dio un giro épico a la historia. Tras 69 días, todos fueron rescatados sanos y salvos en un final feliz que conmovió al mundo.
Pero hoy algunos de ellos están enfrentados por los derechos. "La realidad es diferente. Y yo prefiero no estar, porque lo que yo necesito es recuperar los derechos de mi historia", agregó Urzúa desde Copiapó, resentido por lo que considera el "despojo" de los derechos de comercialización de la historia que protagonizó hace cinco años. Derechos. Pocas semanas después de ser rescatados, el 13 de octubre de 2010, los 33 de mineros firmaron un acuerdo para ceder los derechos de su historia para la creación de una película y un libro.
Asesorados por abogados, se creó una compleja estructura jurídica que dejó conforme a algunos, pero que otros mineros consideraron que los dejaba "atados de manos".
"No sé si estoy conforme con el acuerdo. Hay que esperar a que salga la película y ver cómo nos va", dijo a la AFP el minero Carlos Barrios. "Todo está súper claro", replicó de su lado Mario Sepúlveda, el minero más histriónico del grupo y a quien personifica Antonio Banderas. "Hay gente que invirtió. Esto es un negocio y una vez que esto empiece a dar sus frutos, se supone que debe empezar a haber ganancias para cada uno de nosotros. Está tremendamente extraordinaria, hermosa. Nos deja muy bien parados como país", afirmó de su lado Mario Sepúlveda", agregó Sepúlveda.
Parte de esa inversión se hizo en una zona del desierto de Atacama, cercana a Copiapó, donde se definió un sector en donde se llevaron a cabo las escenas del rescate, en jornadas de rodaje nocturnas. Para ello se preparó ese lugar durante dos meses, en el que se dinamitó una parte hasta quedar con una profundidad de seis metros. Allí se insertó una cápsula Fénix que fue creada especialmente para el filme, y similar a la creada en la realidad que permitió que los 33 mineros salieran de su sepultura decenas de metros bajo la roca, sin agua, luz ni alimentos, y casi sin oxígeno.
Hace pocas semanas, gran parte de los mineros y sus familias pudieron ver la película. Hubo llantos y muchos se reconocieron en las actuaciones de actores como Rodrigo Santoro, Adriana Barraza, Kate del Castillo, Gabriel Byrne, Mario Casas, Juan Pablo Raba, Tenoch Huerta y Alejandro Goic, entre otros.
Banderas, en tanto confirmó que estará presente en Santiago el día del estreno. "Cuando interpretas a un personaje que ha existido las cosas cambian mucho, no es lo mismo que enfrentarse a un personaje de ficción", señaló el actor español quien entabló una relación estrecha con Sepúlveda a quien encarna en el filme.