Espectáculos Su regreso a la tv

Tacho Riera disfruta de los placeres terrenales y valora el amor en libertad

Casi a los 30, el ex Teen Angel se arriesga para buscar sus facetas más auténticas. "La felicidad está en las cosas básicas: comer, dormir y hacer el amor", afirma el actor. Sus proyectos para regresar a la televisión.
Casi a los 30, el ex Teen Angel se arriesga para buscar sus facetas más auténticas. Un hombre que disfruta de los placeres terrenales y valora el amor en libertad. "La felicidad está en las cosas básicas: comer, dormir y hacer el amor", afirma el actor.

P: ¿Cuándo volvés a la tele?
R: Estoy en tratativas para una miniserie -donde interpretaría a un cumbiero-, y también surgió una propuesta de teatro under para una obra sobre una ex pareja gay...

P: Pará, pará, ¿vas a interpretar a un gay?
R: Sí.

P: ¿Qué te atrajo de eso?
R: Lo excéntrico. Que no hay miedo a jugársela por algo completamente distinto. Yo vengo de la tele, donde hay que cumpir roles muy marcados -el galán, por ejemplo-, y esto es un delirio.

P: ¿Hay escenas hot?
R: Sí, hay beso, hay todo. Leía el guión y, de repente, "upa"... (risas).

P: Cumbiero, gay... y también rockero. Contame de la banda, de Super Lemon...
R: Me junté con un amigo de toda la vida y dijimos: "Armemos algo", y salió así. Fusionamos rock con sonidos electrónicos, que es lo que se viene.

P: Hablemos de tu cuerpo, por favor... ¡Qué lomazo! ¿Te cuidás mucho?
R: Entreno para no cuidarme con la comida.

P: ¿Y qué relación tenés con tu cuerpo? Te gusta que te saquen fotos, mirarte al espejo...
R: Por momentos lo disfruto, pero en otros me siento muy incómodo; cuando es muy posado, siento que me pongo duro, me trabo, siento que no me sale...

P: Pero te sale el sexy..., ¡no mientas! ¿Y el jiu-jitsu, cuánto hace que está en tu vida?
R: Once años. En las artes marciales, se lo llama "arte suave", pero hay una tensión todo el tiempo.

P: Más allá de lo físico, que sabemos que venís bien, ¿sos también de mirar hacia adentro?
R: Últimamente vengo haciendo análisis. Antes, iba para adelante con todo. Ahora, me doy cuenta de que hay cosas mías que no puedo tapar y que está bueno sacarlas. Igual, no me enrosco, soy un fiel seguidor de la idea de que la felicidad está en las cosas básicas: comer, dormir y hacer el amor.

P: Pensé que ibas a decir "coger" en vez de "hacer el amor"... ¿Es distinto para vos?
R: Sí, para mí sí, y las dos tienen su punto de disfrute. Lo primero es más físico, más animal, se disfruta a ese nivel; mientras que en lo otro uno le imprime un sentimiento. No quiere decir que una cosa no incluya a la otra..., ¿no?

P: Sos muy viajero también...
R: Sí, me encanta. Y a veces me llegan proyectos vinculados con los viajes, pero porque casi lo tengo en mi ADN. Hace poco, estaba pensando: "Che, qué lindo sería ir a surfear al Caribe...", y pum, me llaman y me proponen hacer un programa de viajes para mostrar el surf.

P: ¿Te pasa seguido eso de que le pedís cosas al universo y se te dan?
R: No me pasa seguido..., ¡me pasa siempre! Desde chico vengo soñando todo lo que me viene pasando. Mucho lo hago en la ducha; me baño y me imagino haciendo las cosas, a veces paso una hora ahí, abajo del agua. Y al tiempo, las cosas pasan. Puede sonar básico, pero voy al placer de lo simple: al placer de una buena comida, de dormir una siesta, de pegarme un buen viaje, de luchar con otro hombre...

P: ¿Cómo te pega la soltería? ¿Te gusta?
R: Sí, la verdad es que sí. Aunque a veces siento que no me hace bien... (risas) .

P: ¿Y es verdad que cortaste con Rocío Igarzábal porque "ella necesitaba crecer"?
R: Fue un poco así. ¿Viste cuando ves a alguien que necesita ir para otro lado? Así que preferí dejar que ella fuera libre, y yo también ser libre. Uno no se junta con otro para hacer una sola vida, porque si no, uno está haciendo lo que quiere y el otro simplemente lo está "siguiendo" en su deseo. A veces los caminos son así, uno va para un lado y el otro va para el otro. A pesar del amor. Y hay que saber soltar cuando eso pasa.

P: No es un aprendizaje fácil...
R: No, es cierto, pero yo soy muy poco posesivo y celoso. Para amar, está buenísimo, siempre y cuando la otra persona también lo entienda así. Porque a veces lo puede interpretar como falta de interés: "Ey, ¿qué te pasa? ¿No sentís nada por mí?". Para mí, la seguridad está en otro lado.

P: Con casi 30, ¿hasta cuándo vas a seguir con el apodo de "Tacho"? Medio que ya fue, ¿no?
R: Es algo que quedó en la gente. A mí me es indiferente. Mientras le presten atención a lo que hago, que me digan como quieran: Tacho ¡o al revés! (risas). Fuente: (Revista Ohlalá).-
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