Espectáculos Va al frente

La secretaria sexy de “Vecinos en guerra” realizó sensual producción fotográfica

"Si me gusta, lo encaro. No tengo pruritos con los hombres: les mando mensajes y les hago regalos, no tengo problemas A los hombres les flashea que una mujer vaya al frente", dice la española Sheila González.
Secretaria, escotada y con tonada española: el personaje de Sheila González (29) en Vecinos en guerra -quien comparte imperdibles escenas en el consultorio de "Coco", interpretado por Carlos Portaluppi-, tiene todos los condimentos necesarios para despertar los ratones en la mente masculina.
La colorada, que se hizo conocida en nuestro país gracias a su rol de notera en Un mundo perfecto, sorprende al revelar que a pesar de su sex appeal la pone incómoda posar sensualmente: “Me da un poco de pudor”, revela.
Ese dejo de timidez será el único que surgirá en la entrevista. Con tan solo escucharla algunos minutos, no hay duda alguna de que Sheila es “una mujer de armas tomar”, como ella misma se define. ¿No le creen? Pasen y lean…

- ¿Cómo llegaste a Argentina?
- Me enamoré de un mendocino en Madrid, él extrañaba su tierra y yo le dije: “Pues, vamos para Argentina”. A mí me encantaba el país porque había venido como turista. Así que me fui a vivir a Mendoza con él. Yo había estudiado en España Ciencias de la Información y hecho un máster en Publicidad en Holanda; y en mi país trabajaba en la televisión. La verdad, fue un cambio muy fuerte y se me hizo duro pasar de trabajar en Madrid a vivir en un pueblo en Mendoza.

- ¿No lo aguantaste?
- No, salió un casting en Buenos Aires para ser notera de Caiga Quien Caiga, en el cual no quedé seleccionada pero ahí me di cuenta de que todo estaba en la ciudad. Luego hice un casting para el programa de Roberto Pettinato, quedé y no volví más a Mendoza. Me separé y fue muy loco: pude dejar España por amor, pero no Buenos Aires.

- Te quedaste y hoy brillás en Vecinos en guerra, ¿cómo te sentís participando en la tira?
- Es lo más y las escenas que hago en el consultorio tienen mucho contenido humorístico, que es lo que me gusta a mí. Yo me siento muy pequeña aquí. Cuando me eligieron en el casting, me eché a llorar. Pensé "voy a estar con Mirtha Busnelli, Diego Torres, Carlos Portaluppi… ¡Qué miedo!".

- ¿Cómo vivís que la gente te reconozca?
- Es genial que te digan por la calle: ¡gallega, te amo! Hay muchos piropos. Y a veces me preguntan ‘che, ¿vos sos gallega de verdad o te hacés? Piensan que el acento es de mentira y lo uso nada más para calentar.

- ¿Pero sos consciente de que el acento ratonea?
- Obvio, el acento es una herramienta de seducción y de venta. Porque además de trabajar como actriz, soy publicista y tengo una agencia, Ingeniarte. Entonces yo sé lo que le puedo vender a un cliente sólo con hablarle un rato al teléfono. Tengo en claro la estrategia. Desde el minuto cero me escuchan hablar y me peguntan: “¿Sos gallega? Listo, cuéntanos lo que quieras”. El acento no me lo saco ni aunque me paguen.

- ¿Y qué otra arma de seducción tenés?
- Sí, que conmigo los hombres no se aburren. Soy una mina divertida, siempre me lo dicen los tipos. Sé usar la ironía, el doble sentido, entonces puedo estar mucho tiempo haciendo bromas y eso les gusta. Ahora estoy conociendo a un chico argentino, veremos qué pasa.

- ¿No se inhiben los hombres a la hora de encararte?
- No, porque los encaro yo. Soy una mujer de armas tomar. Lo que me gusta, lo encaro. No tengo pruritos: le mando mensajes y le hago regalos, no tengo problemas. La histeria ya ha pasado de moda. La veo como una pelotudez. ¿Para qué le vas a decir que no si le querés decir que sí? Es más fácil decirle que sí… ¡y más rápido!

- ¿Alguna vez no hubo respuesta del otro lado?
- Sí, claro que sí. Por ahí alguno se te hace el duro. Pero en general funciona. Yo veo que a los hombres les flashea que una mina sea directa y vaya al frente. Como las argentinas no se atreven mucho, me parece que les flashea bastante que una mujer tome la iniciativa.

- Hablando de ir al frente, recientemente confesaste públicamente que te gustaba Andrés Calamaro.
- Fue un comentario. Dije que el hombre ideal era una mezcla de Calamaro, Sebastian Ortega y Steve Jobs. Se armó un revuelo porque dije que me gustaba y estaba buenísimo.

- ¿Te gusta este Calamaro que intenta reconquistar públicamente a Micaela Breque?
- Me sorprende que haga esto, pero debe estar enamorado. Me gusta más en su rol de rockstar que en esta faceta de letrista de tango que dice ‘esta mina me piantó” (risas).

- El año pasado trascendió que solías salir con Nazareno Casero y su novia. Dijiste que no habían tenido sexo pero si se habían dado unos besos. ¿No tenés prejuicios a lo hora de las relaciones?
- No, la verdad que no. Son re buenos pibes, estuve con ellos el viernes y la pasamos re bien. Nada, ¡soy open mind! En Europa pensamos un poquito diferente. Hay muchas cosas que acá son impensables y allá son lo más normal del mundo. Somos más relajados en este tipo de cuestiones.

- ¿Y ya habías tenido una relación de tres o era la primera vez?
- Viví en Holanda, y me he acercado a alguna mujer. Pero sexualmente no he tenido experiencias, siempre tonterías, no pasó más de un beso. No estuve nunca con una mujer y todavía no me atrae tanto, veremos. ¡Es que a mí me va muy bien con los hombres! Si llega un momento en que pasa algo y se exterminan los hombres argentinos, entonces a lo mejor cambio por las mujeres. (Ciudad.com)
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